El programa Erasmus+23 trae a Rute a una decena de estudiantes de Italia

  • Al igual que ocurrió con el intercambio de Martigues, en Francia, el programa es bidireccional, y otros tantos jóvenes ruteños habían estado en Parma en marzo

Como ya ocurriera en octubre con un grupo de estudiantes franceses, en estas fechas se encuentran en Rute varios jóvenes procedentes de Italia. También forman parte del programa Erasmus+23. En este caso, se lleva a cabo entre el ITE G.B. Bodini de Parma y el IES Nuevo Scala de Rute. El profesor español que ha coordinado este intercambio es Rubén Pérez. Según ha explicado, el programa se ha ampliado para esta edición. El año pasado se limitó a Martigues, la misma localidad francesa que repitió hace un mes.

Ahora se ha sumado Parma, con nuevos contenidos. Si el programa de inmersión lingüística de 2022 trabajaba conceptos relacionados con la digitalización, el actual incide más en el medioambiente. Otra diferencia es que el número de estudiantes que participan es más reducido. Estaba previsto que fueran diez, pero finalmente se han quedado en nueve, ya que una chica está de baja, aunque se espera que venga más adelante. A su vez, otra decena de jóvenes de Rute estuvo en marzo en Italia.

La profesora italiana que acompaña a estos jóvenes es Daniela Primante. Según ha detallado, el centro del que proceden es un ITE, es decir, Instituto Técnico Económico. Por tanto, inciden más en materias relacionadas con estos dos ámbitos, como la informática, las disciplinas tecnológicas o incluso el turismo. En cambio, en Italia no existe un Bachillerato equivalente al cien por cien al de nuestro país. Lo que hay es una escuela de especialización, similar a nuestros cursos formativos. En consonancia con las características del centro, el perfil de su alumnado se decanta por continuar el día de mañana en la Universidad con carreras afines como Economía, Derecho, Turismo, Marketing, Administración de Empresas o Informática.

Al margen de la parte académica, un intercambio de este tipo permite empaparse de las costumbres del lugar de destino. Así, ya han tenido ocasión de visitar algunos de los museos gastronómicos del municipio. Sara Guerra es una de las italianas que ha venido a Rute. De su corta estancia, le ha llamado la atención lo acogedoras que son las personas. Aunque acuden al instituto, donde han tenido ocasión de conocer a otros jóvenes de la localidad, no todos sus compañeros están en el pueblo. Por ejemplo, Mateo Maggiali está en Cuevas de San Marcos y coincide en la amabilidad con que lo ha tratado la familia de acogida. Por su parte, Angélica Cella está en una casa de Iznájar. Aunque les une el hecho de estar estudiando en Parma, no todos son de Parma. Sí nació allí Esther Adjei, pese a su ascendencia y sus raíces ghanesas.

Por lo general, esta visita es su primer contacto con Rute, la comarca e incluso con España. Tan sólo Sara había estado de pequeña en Barcelona. Pero fue en un crucero familiar, en un contexto muy diferente al de ahora. Entre las experiencias que están acumulando, han probado la comida de aquí, que apenas guarda cierto parecido con la de su país. De los productos típicos, les ha gustado el jamón ibérico, diferente del italiano, que es más dulce. No obstante, el producto más emblemático de Parma es el queso.

En definitiva, la estancia en Rute les va a facilitar algo más que el conocimiento del español. Van profundizar en nuestras costumbres y tradiciones, pero también en el aprendizaje de cuestiones como los “falsos amigos”, es decir, palabras similares de dos lenguas que significan cosas muy distintas. Son aspectos que sólo la práctica del idioma hace posible a través de programas como Erasmus+.

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