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Fuente del Moral vuelve a ser el colegio con más volumen de alumnado, al aglutinar la mitad de las matrículas, si bien todos los centros presentan una ratio alta
Galería del comienzo del curso escolar
Ya está en marcha el curso escolar 2023-2024 para Educación Infantil de segundo ciclo y Primaria, marcado por el descenso generalizado de la natalidad, la supresión de protocolos Covid y la aplicación de la nueva normativa educativa en todos los niveles. En Rute, un total de ochocientos escolares se han incorporado a las clases. Justo la mitad corresponden al Colegio Público (CEIP) Fuente del Moral, que vuelve a ser el que concentra el mayor volumen de alumnado. Le sigue Ruperto Fernández Tenllado, que alberga a 181 menores. Los Pinos tiene 150. Allí ha estado el alcalde David Ruiz, ya que su hijo cursa el último año de Primaria. Además, en los días previos había supervisado las tareas de mantenimiento que se han llevado a cabo en cada centro. Ruiz ha animado a sus responsables para que se dirijan al Ayuntamiento ante cualquier demanda en que se les pueda atender.
Como consecuencia del alto volumen de matrículas en Fuente del Moral todos los niveles están desdoblados. Para impartir las diversas materias, cuentan con una plantilla de treinta docentes. Aun así, la ratio es muy elevada y buena parte de las clases están masificadas. Casi todas están en el límite de los 25 estudiantes, y en algunos casos, como quinto, sobrepasan esa cifra. Sin embargo, su director, José Antonio Tejero ha apuntado que no sería viable una tercera línea. Al haber más centros en Rute, llegado el caso, se derivaría a algún niño o niña a otro colegio.
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Junto a los docentes, la plantilla total sobrepasa las cincuenta personas. El resto se reparte entre los servicios de aula matinal y comedor escolar. El primero puede atender a un total de setenta plazas y el segundo suma cincuenta. Todas están cubiertas. Aun así, Tejero ha matizado que, llegado el caso, si los dos progenitores, el padre y la madre, pueden corroborar que están trabajando, se podrían ampliar las plazas en los dos servicios hasta un máximo de cien en cada uno.
En el caso de Ruperto Fernández Tenllado, según ha señalado su directora, Rocío Jiménez, la plantilla asciende a diecisiete docentes. No hay ningún curso con dos líneas, ya que el espacio no lo permite por el límite de clases. No obstante, hay tres niveles, de cuarto a sexto, en que la ratio de alumnos por clase es de 26. Sólo en uno de ellos, sexto, se ha concedido un docente más para desdoblar en las “asignaturas instrumentales”. En relación con el proyecto interdisciplinar del centro, este año va a tardar algo más en desvelarse. La razón es que el propio alumnado, que es siempre quien primero lo conoce, habrá de ir descubriéndolo a través de diversas dinámicas.
De forma paralela, el centro afronta el problema estructural de los movimientos de tierras, que se arrastra desde hace tiempo y que afecta en especial al patio y las pistas deportivas. En las clases aparecen zonas con grietas puntuales, aunque no son peligrosas. Algo más se nota en los despachos del profesorado, si bien la directora asegura que no hay ningún riesgo ahora mismo. Hasta la fecha, la Delegación de Educación ha entendido que eran problemas de mantenimiento. Correspondería, pues, al Ayuntamiento arreglarlos.
El estudio que se va a elaborar ahora sería el tercero desde que se detectaron estas deficiencias. Serviría para demostrar que no es una cuestión de mantenimiento sino un problema estructural. Por tanto, sería la delegación la que debería actuar para solventarlo. De momento, tanto el alcalde como la concejala de Educación, Dolores Ortega, han confirmado que se ha liberado una partida por valor de quince mil euros para poder sacar a licitación dicho estudio y llevarlo a cabo cuanto antes. Entre tanto, la directora ha insistido en el mensaje de tranquilidad de que a día de hoy la situación no supone ningún riesgo. Tampoco afecta al normal desarrollo de las clases, con la salvedad de Educación Física, por el estado del patio.
Por su parte, Los Pinos cuenta con una plantilla de 17 docentes, a la espera de algún posible refuerzo si se produjera algún desdoblamiento de niveles, al menos en materias instrumentales. A la vez que se ha procedido a la adaptación completa a la nueva normativa, el plan del centro tiene ya a punto su proyecto interdisciplinar. Ha sido la razón de que el profesorado reciba a los escolares vestidos de superhéroes. Según ha explicado su director, José María Henares, con el título de “Súper Eco Pinos”, este año incide en la ecología. Es complementario a la iniciativa medioambiental “Pinos sostenible”, en marcha desde hace tiempo, pero independiente de ésta.
En cuanto a las aldeas, el alumnado se agrupa en el Colegio Público Rural (CPR) Blas Infante. Entre sus peculiaridades, cuenta con dos sedes o inmuebles, uno en Zambra y otro en Llanos de Don Juan. Además de menores de estos dos núcleos rurales, recoge a alumnado venido de otros diseminados, como el Nacimiento, o incluso de Lucena. En total, en las aulas de Zambra hay 46 escolares, cuatro menos que en el curso anterior, y en Los Llanos 23, dos menos. Así pues, las aldeas ruteñas también acusan la bajada de natalidad.
Por lo que se refiere a la plantilla, la componen catorce docentes. Muchos son itinerantes, es decir, alternan entre los dos edificios. Ello, en palabras del director del centro, Juan Diego Campanario, supone una dificultad añadida a la hora de organizar las clases. El menor volumen de alumnado incide en los niveles. De hecho, este año el colegio logra a duras penas mantener nueve unidades, lo que permite disponer de más ayudas públicas y un equipo directivo completo.