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De nuevo ha estado promovida por el Ayuntamiento, que ha contado en la organización con la colaboración de la Peña Los Rahamantah
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Además del paseo urbano, hubo un circuito en el Fresno y una ruta cicloturista por los alrededores del pueblo, que contó con la participación de veinticinco personas
Público de todas las edades se congregaba a las diez de la mañana del último domingo de octubre en el Paseo del Fresno. Era el punto de encuentro de una nueva edición del Día de la Bicicleta. Y es que uno de los objetivos de esta iniciativa es el de celebrar una jornada de deporte en familia. Con esa filosofía nació hace ya cuatro décadas. Ha cambiado de fechas, pero siempre con el mismo objetivo de estimular la práctica del ciclismo desde la infancia. De nuevo la ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Rute, en colaboración con el club Los Rahamantah. Según la concejala de Deportes, Mónica Caracuel, se persigue un doble fin. Por un lado, está la mencionada idea de que a los pequeños se les inculque desde su propia familia la afición al deporte. A su vez, permite crear desde esas edades hábitos saludables y que disfruten de un ocio sostenible.
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Pese al frío con que amaneció el domingo, se confirmó el tirón que tiene en Rute el deporte de las dos ruedas. Más de un centenar de personas participaron de un modo u otro en las actividades preparadas. Leonardo Piedra, presidente de Los Rahamantah, confesó que en un primer momento tenían la incertidumbre de que la repentina, aunque anunciada, bajada de temperaturas mermara la presencia de ciclistas. No fue así. Para abrir boca, unos veinticinco hicieron una ruta por parajes como la Fuente de la Higuera. Después, como explicó Carmen María García, también miembro del club, se preparó en el Fresno en un circuito con pruebas para diferentes niveles y edades.
El Fresno era el centro de todo. Una vez terminada la ruta, se ofreció un desayuno y se entregaron unos obsequios por gentileza del Ayuntamiento. A continuación, comenzó la marcha por el casco urbano. Al igual que con el circuito, se habían preparado distintas alternativas para que cada cual llegara hasta donde pudiera. Así, hubo una vuelta inicial por los alrededores (calle Fresno y Llano). Después, quien quisiera continuaba bajando por el Cerro. De igual modo, podían dirigirse al parque o girar por las calles Cabra, Herrero y Lucena. Otro tanto se pudo hacer al subir por las calles Del Pilar y Priego, o dar un rodeo por Vera Cruz y Barroso. De esta forma, no se limitaba la participación a los más pequeños, pero se les evitaba en la medida de lo posible las cuestas de Rute.