La Virgen del Carmen sube al cementerio en el Día de Todos los Santos

  • La salida extraordinaria, con un rosario en la ida y un recorrido procesional en la vuelta, se enmarcaba en los actos previstos dentro del Año Jubilar

La presencia de la Patrona dentro del camposanto deparó momentos intensos y de emoción contenida

Rosario de la Virgen del Carmen en el Día de Todos los Santos

Dentro de los actos enmarcados en el Año Jubilar, coincidiendo con la celebración del Día de Todos los Santos, llegaba uno de los más emotivos. La conmemoración del centenario de la proclamación de la Virgen del Carmen como Patrona de Rute conlleva, entre otras iniciativas, una serie de salidas extraordinarias. Una de las más entrañables ha sido ésta del 1 de noviembre. La real archicofradía organizó un rosario extraordinario para subir al cementerio de San Cristóbal. Una salida similar en estas mismas fechas el año previo a la Coronación Canónica de 2018 fue uno de los actos más conmovedores de entonces. Y así ha vuelto a ocurrir.

En esta ocasión, la Patrona partió de su santuario a las nueve de la mañana y contó con el acompañamiento de los Hermanos de la Aurora. El rosario discurrió por las calles Toledo, Portugueses, Priego, Padre Manjón, Fresno, Colón y Soledad hasta el cementerio. Una vez en la explanada, que se llenó de público para la ocasión, se ofició la sagrada eucaristía, presidida por el párroco David Matamalas Manosalvas. A su término, la Virgen entró en el camposanto y bajó la empinadísima cuesta hasta la parte inferior, donde se le rezó un responso. A continuación, intervinieron los Hermanos de la Aurora, dentro de un tono de recogimiento y respeto. Subiendo de vuelta la cuesta, y sin perder ese tono de emoción contenida, se sucedieron los cantos improvisados y “a cappella” de los himnos de la Patrona.

De nuevo en la explanada, la Virgen emprendió el camino de regreso. En este caso, a los Hermanos de la Aurora se sumó la Banda Municipal. Su incorporación al séquito, con un repertorio expresamente escogido para la ocasión, no fue el único cambio. Los integrantes de la junta de Gobierno, grupo joven “Iuventus Carmeli”, acólitos con los ciriales y gente alumbrando, así como el resto de público, se reorganizaron para dar al cortejo el aire de un desfile procesional. De hecho, el regreso de la Patrona a su templo se hizo con un recorrido distinto al de la subida.

El itinerario de vuelta pasó por las calles Soledad, Colón, Plaza Nuestra Señora de la Cabeza, calle Del Señor, Juan Valera, Chorreadero, Del Pilar, Plaza Nuestra Señora del Carmen y calle Toledo hasta la ermita. Fue el colofón a una mañana en la que incluso la meteorología pareció aliarse con la Patrona. Lejos de la borrasca que ha entrado en la Península coincidiendo con el arranque de noviembre, la jornada amaneció soleada y hasta calurosa por momentos. Como si hubiera hecho un paréntesis para la ocasión, el tiempo permaneció así hasta después de mediodía, una vez que la Virgen ya estaba de nuevo en su santuario.

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