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La familia de “los pasteleros” fue una de las más castigadas, con tres de sus miembros fusilados, una mujer encarcelada y vejada, y el resto obligados a tener que abandonar el pueblo
Coincidiendo con los trabajos que ha venido promoviendo Araceli Vinuesa, amparándose en la Ley de la Memoria Democrática impulsada por el Gobierno de la nación, la sede del PSOE de Rute acogió en la jornada del sábado 16 de marzo un acto de reconocimiento a las personas que sufrieron la represión franquista en la localidad. Para el secretario de los socialistas ruteños, Antonio Ruiz, se trata de “recuperar la memoria y la dignidad” de las personas que en el municipio fueron fusiladas, perseguidas o sufrieron una “brutal” represión por tener unos ideales.
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Antonio Ruiz recordó que la II República supuso para nuestro país una conquista de libertades, derechos para las mujeres y avances en educación, que se vieron truncados por el alzamiento militar, primero; la Guerra Civil, después; y la represión franquista posterior. Ruiz defendió el “conocimiento de la verdad frente al olvido”. Considera que reconocer esos crímenes y restituir la verdad es una obligación de nuestra democracia, es una deuda que tenemos con la memoria y la historia de este país, afirmó.
Para el acto se contó con el historiador Arcángel Bedmar, autor del libro “Desaparecidos. La represión franquista en Rute (1936-1950)”. La publicación se imprimió por primera vez en 2004, fue reeditada en 2007 y en el año 2022 se presentó una ampliación . Arcángel Bedmar quiso dejar claro que su participación fue en calidad historiador. Este experto en memoria histórica no es dado a participar en actos políticos o sindicales. En este caso, se sentía deudor con Araceli Vinuesa, miembro de una de las familias más castigadas por el franquismo.
El historiador asegura que en Rute entre el 1936 y el 1939 no hubo guerra. Tras el golpe de Estado, dijo, los republicanos no ofrecieron resistencia. Por eso, lo que hubo fue una cruel represión, contra una población indefensa. Entonces, los cuarteles de la Guardia Civil se convirtieron en centros de detención y tortura. En Rute, el teniente coronel Basilio Osado Labrador obró con total autonomía e impunidad. Hasta el momento, este historiador ha podido constatar la desaparición o el fusilamiento de 53 personas, aunque en los registros civiles sólo consten 19.
Los represores tenían puestas sus miradas en los miembros de las listas de los cargos públicos y políticos socialistas y republicanos. Fue el caso de los concejales socialistas Miguel Jurado, Manuel Flores o Juan José Rodríguez, uno de los hijos de alcalde Leoncio Rodríguez. Los tres fueron fusilados. Una de las familias más castigadas fue la de Araceli Vinuesa, conocida como “los pasteleros”. Esta familia regentaba una confitería y el “Hotel Central” de Rute, que se encontraban en la calle Del Pilar.
Su abuela, también llamada Araceli, estaba casada con Francisco Rafael Vinuesa, que era socialista. Además, un hermano, Mariano Gutiérrez, también era socialista. Los dos fueron fusilados en 1936. El otro hermano de Araceli Gutiérrez Pino, Luis, militante de Izquierda Republicana, en el año 1937 fue llamado a filas y obligado a movilizarse con el ejército franquista. Éste murió asesinado, con tan sólo 25 años, de un tiro por la espalda, mientras prestaba su servicio junto al ejercito destinado en el Larache (Marruecos).
Araceli Gutiérrez tampoco escapó de la represión. En 1947 fue perseguida y detenida. Finalmente, la familia de “los pasteleros” abandonaron la localidad y se fueron a un pueblo de Sevilla. Éstos fueron algunos de los ruteños y ruteñas que sufrieron la represión franquista. En el acto del sábado, Araceli Vinuesa quiso hacer un reconocimiento público a la memoria de su abuelo, Francisco Rafael Vinuesa, a sus tíos Mariano y Luis Gutiérrez y a su abuela, de quien heredó el nombre. Por todo ello, agradeció a Arcángel el libro en el que se recoge la historia de su familia, un libro que, según dijo, se encuentra en la biblioteca de Moncloa.
También agradeció a Antonio Ruiz su apoyo, en su etapa de alcalde de Rute y presidente de la Diputación de Córdoba, para que esta publicación viese la luz. Respecto a Basilio Osado Labrador, Araceli, recordó que fue una persona que “violó, vilipendio, abusó de mujeres, les dio aceite de ricino, las obligó a limpiar las letrinas del cuartel de la Guardia Civil, las peló y las paseó con un lacito rojo públicamente”. Pese a ello, añadió, tiene otorgado el título de Hijo Adoptivo de la Villa.
Por todo ello, insta al Ayuntamiento de Rute a que revoque este nombramiento. Exige a la administración local que cumpla con la Ley de la Memoria Democrática, con objeto de hacer desaparecer cualquier simbología franquista. Vinuesa asegura que ha enviado multitud de correos al Consistorio con esta solicitud. Sin embargo, lamenta no haber recibido respuesta. Por eso, ahora ha hecho entrega de esta petición a la oposición, al Partido Socialista, con objeto de que hagan justicia y para que se cumpla la ley.
Finalmente, también ha informado del trabajo que se está llevando a cabo de exhumación de las fosas comunes que se encuentran en La Pililla. Esta zona está en el término municipal de Encinas Reales, y ahí se sospecha que pudieran estar los restos de algunos de los fusilados ruteños. En este sentido, ha querido agradecer el “apoyo incondicional de Antonio Ruiz” para que estos trabajos fueran financiados y prosperasen. Ahora, en febrero, esos trabajos de búsqueda y excavación de las fosas comunes ya han comenzado.