Mayo empieza en La Molina

  • El recibimiento de los Hermanos de Andújar evoca el largo camino durante siglos de vuelta a Rute del peregrinaje a la romería del Cerro del Cabezo


Galería Hermanos de Andujár 2024

Andújar y Rute trazan caminos paralelos en torno a la Virgen de la Cabeza. En la localidad jienense abril culmina con las fiestas en honor a su Patrona. En esos últimos coletazos del mes, al sur de Córdoba empiezan a dibujarse sus Fiestas de Mayo. Las de Andújar laten en el corazón de Sierra Morena, en pleno Cerro del Cabezo. Las de Rute eclosionan, como las flores que dan fama al mes que lleva su nombre, en la falda de su sierra, en las entrañas del Barrio Alto. Unas son la romería más antigua de España. Las otras constituyen la única romería urbana de Andalucía. Ambas comparten su condición de Fiestas de Interés Turístico Andaluz y, por supuesto, una misma devoción por la Morenita.

  • Tras la romería en Sierra Morena del último domingo de abril, mayo se adelanta en Rute con la llegada de los Hermanos de Andújar

La hermandad matriz y la cuarta cofradía filial más antigua no sólo comparten caminos paralelos y analogías emocionales. A lo largo de casi cinco siglos desde que se gestó la de Rute, su trayectoria se ha cruzado, o más bien se ha abrazado con la del Cerro del Cabezo. El final de unas fiestas se da la mano con el comienzo de otras. De esta forma, tras la romería en Sierra Morena del último domingo de abril, mayo se adelanta en este rincón la Subbética con la llegada de los Hermanos de Andújar. La salida a la Molina para recibirlos es el pistoletazo de salida que tiene eco de cohete con el que Rute coge el testigo.

La Molina es más que un lugar físico. Hay un punto de encuentro con el tiempo en este camino que une algo más que el espacio entre dos pueblos. Es un hilo que entrelaza pasado y presente, ayer y hoy, nosotros y nuestros ancestros, lo que fuimos y lo que somos, una memoria colectiva compartida desde 1555. Recorrerlo supone recordar cómo la gente se asomaba a esperar a quienes habían tardado casi dos días en hacer un trayecto que hoy apenas requiere un par de horas.

Poco importa que los medios de locomoción hayan evolucionado a niveles impensables hace cuatro siglos y medio. Poco importa que haga sol y calor como el año pasado o frío y lluvia como éste. Porque quienes emprendieron este viaje de ida y vuelta lo hicieron con multitud de carencias y sin las comodidades de nuestros días. Entonces, como ahora, los Hermanos de Andújar traían un mensaje idéntico trasmitido de generación en generación. Es el mensaje que viene de la Historia a través de la Molina, el lugar donde empieza mayo, ese mensaje que, como un río de fervor que cruza el mar de olivos de nuestra tierra, se adentra en el casco urbano hasta San Francisco. Allí, dentro de la parroquia, desemboca esta riada humana para cantar a la Morenita, para alzar la voz en sus himnos y gritar que Rute sueña con mayo y un año más ese sueño es realidad.

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