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Cerca de trescientas personas disfrutaron de la puesta en escena de “La ruta del Cid”, pieza central del aclamado Concierto de Santa Cecilia, enmarcado en el Ciclo de Música Clásica
La Banda Municipal y el público de Rute no se han defraudado. Al contrario, el grado mutuo de satisfacción sigue siendo óptimo tras la edición de 2023 del Concierto de Santa Cecilia. Cada año, esta actuación en honor a la patrona de la música se ubica en el sábado más cercano a la onomástica, que se celebra el 22 de noviembre. En esta ocasión se adelantó al día 18 y, como de costumbre, desde que se anunció era una las citas más esperadas del Ciclo de Música Clásica que organiza el área de Cultura del Ayuntamiento. No en vano, el director de la formación, Carlos Aguilera, asegura que es la que más se cuida y prepara de toda la temporada.
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Las expectativas se vieron colmadas para ambas partes. Para empezar, la respuesta del público fue espectacular. De entrada, el concierto se había trasladado del CEMAC Pintor Pedro Roldán, sede habitual del ciclo, al Centro Cultural Rafael Martínez-Simancas, cuyo escenario y aforo son superiores. Aun así, la Ludoteca se quedó pequeña. No sólo se ocuparon las ciento sesenta sillas que se habían habilitado, sino que otro centenar largo de asistentes de pie llenaron los pasillos y la entrada.
De esta forma, cerca de trescientas personas pudieron disfrutar de un concierto único en muchos aspectos. Desde hace cinco años, el repertorio de este día siempre es nuevo. Además, se caracteriza por estar conformado por obras modernas, que en algunos casos apenas tienen un año. A su vez, son actuaciones de música descriptiva, que fomentan la imaginación. Para ello, la banda se hizo acompañar de una locución con la voz en off de Antonio López, locutor de Radio Rute, que ayudaba a adentrarse en la historia que musicalmente se iba a contar.
Por otra parte, junto al hecho en sí de que todas las piezas son de estreno, suele haber un eje temático. Este año ha girado en torno a la épica, con un trasfondo medieval de guerreros y batallas liberadoras. Con ese hilo conductor, la primera composición interpretada fue “La conquista del norte”, de Óscar Musso, seguida por “El camino real”, de Alfred Reed. El broche lo pondría “Libertadores”, de Óscar Navarro. Por medio, la pieza central y estrella del concierto fue “La ruta del Cid”, de David Rivas. La Banda Municipal no sólo recreó con maestría y precisión los cuatro movimientos que integran la obra. Además, hubo momentos de percusión corporal y otros en que los músicos emularon los cantos indígenas.
En la presentación del concierto, la concejala de Cultura, Dolores Ortega, había vuelto a remarcar el mimo con que la banda lo prepara y su capacidad para “trasmitir valores” a través de la música”. Lo demostraron durante una hora de sensibilidad artística. También hubo emoción en las palabras de agradecimiento de Carlos Aguilera. El director recordó que son músicos amateurs y, pese a ello, no renuncian a acometer composiciones “de gran complejidad”. Llevar ese arte de la partitura al instrumento sólo es posible al cabo de “muchas horas de ensayo” y de restar tiempo a estar con las familias. Gracias a esa constancia, la Banda Municipal es por derecho propio Patrimonio Cultural Inmaterial de Rute.
Flamenco en la calle
Horas antes de esta cita imprescindible de la agenda de otoño, la música y el baile habían tomado las calles. La idea se había gestado a raíz de la celebración el pasado jueves 16 del Día del Flamenco, que conmemora su declaración por parte de la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En ese contexto, en plena campaña de Navidad de los museos gastronómicos, se organizó en el entorno del Paseo del Fresno el I Flashmob Flamenco de “La Faraona”.
Con ese nombre artístico, la bailaora y bailaora ruteña Ainhoa Gutiérrez recreó junto a su alumnado una coreografía itinerante en cuatro espacios distintos: ante las puertas de la Destilería Machaquito, el Museo del Anís y el Despacho del Fresno de La Flor de Rute, el Museo del Jamón y el Kiosco de la Música. Según confesó la propia artista, pese a conjuntar a unas setenta chicas de tres a 22 años, su alumnado había demostrado nivel suficiente para dar la talla. Por su parte, Dolores Ortega remarcó que el evento ponía de relieve que en Rute el turismo y la cultura van de la mano.
