-
Pedro Ángel Ramos ha querido homenajear a un amigo de Arjona, devoto, como él, de la Virgen de la Cabeza, que ha estado enfermo de coronavirus
Pedro Ángel Ramos explica los pormenores de su peregrinación a pie hasta Andújar
De sobra es sabido que en Rute mayo empieza en abril, cuando centenares de personas viajan a Andújar a la romería de la Virgen de la Cabeza. Este año, curiosamente, en que se ha suspendido casi todo, las noticias de la Morenita llegan a junio. Durante siglos el medio de locomoción para desplazarse a Jaén fueron los lomos de un burro o un mulo, cuando los coches de hoy no llegaban ni al rango de quimera. Un habitual del Cerro del Cabezo, Pedro Ángel Ramos, ha ido más lejos. No hay constancia de que nadie haya recorrido a pie los 145 kilómetros que separan Rute y Andújar. Él lo ha hecho, primero como una promesa. Pero al mismo tiempo que hacía la ruta, ha querido abrir camino.
- Su hermano Antonio Ramos prepara un libro con fotos del viaje y él estudia la posible creación de una ruta para senderistas y devotos
El origen de la idea se remonta a hace dos años y otra localidad jienense: Arjona. De allí es su buen amigo Gabriel Sola, devoto como él de Morenita. Cuando Pedro Ángel fue hermano mayor de las Fiestas de la Virgen de la Cabeza en 2018, Gabriel le hizo ya un homenaje en el santuario de Sierra Morena. Éste ha sufrido el coronavirus y Pedro Ángel se emociona al recordar lo mal que ha estado. Aunque por suerte se ha recuperado, el ruteño sabía que debía tener un detalle con él. La idea vino de la mano de una propuesta de su compañero de trabajo, Antonio Reina, de ir andando hasta Andújar.
A última hora Antonio se sintió indispuesto y Pedro Ángel tuvo que afrontar esta aventura en solitario. Ha ido “con lo justo”: una mochila, dos bastones y, cómo no, la medalla de la Virgen de la Cabeza. Han sido tres jornadas de travesía, con una media cercana a cincuenta kilómetros diarios. Salió de Rute en la medianoche del martes al miércoles desde las puertas de San Francisco, junto a su Morenita. Lo pasó mal al principio, cuando aún no había abandonado siquiera las inmediaciones de Zambra y Los Llanos. Llegó a pensar que el reto era imposible y le asaltó la tentación de volverse.
A partir de la Vía Verde sintió que se llenaba de fuerzas para continuar por Doña Mencía y Luque. Le habían bastado poco más de cinco horas en la primera madrugada. Siguiendo las indicaciones de un recepcionista, pudo acortar por La Laguna, el Pantano de Albendín, Higuera de Calatrava y alcanzar Porcuna, ya en tierras jienenses. Allí pernoctó antes de la segunda jornada, que lo llevaría en la noche del jueves a Arjona, para pernoctar allí y a la mañana siguiente acometer el tramo final hasta el casco urbano de Andújar y los 24 kilómetros que lo separan del santuario del Cerro del Cabezo.
En Andújar se ha reencontrado con viejos amigos como Miguel Expósito, presidente de la Peña El Puro. También le han hecho el camino más llevadero conocidos de otras localidades y la radio. Ahora, está estudiando una ruta de peregrinaje para devotos y aficionados al senderismo. La experiencia, en suma, da para un libro. En ello está su hermano, el sacerdote Antonio Ramos, incorporando fotos tomadas en estos días. La nobleza que movió a Pedro Ángel a emprender esta aventura ya queda registrada entre las historias que se contarán en el futuro en torno a la Morenita.