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El alcalde David Ruiz ha adelantado que se quiere hacer un estudio en profundidad de los pros y contras de la medida antes de adoptar una decisión definitiva
La reapertura al tráfico de la calle Duquesa, operativa desde el pasado lunes 2 de octubre, conllevaba un cambio en su uso. La idea del equipo de Gobierno municipal era que de cara a los fines de semana fuera semipeatonal. De esta forma, desde las seis de la tarde del viernes y hasta la medianoche del domingo al lunes no se podría estacionar y sólo podrían acceder los vehículos residentes. La medida no va a llegar a entrar en vigor. A pocas horas de que se pusiera en marcha, el alcalde David Ruiz ha anunciado que la iniciativa queda anulada por ahora. Confiesa que él mismo ha tenido ocasión de comprobar durante las obras de remodelación “la vuelta que hay que dar” y que habría que repetir en un horario “muy amplio”.
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Varias son las razones que han llevado a frenar la decisión. En general, se quiere estudiar detenidamente los pros y contras que conllevaría. Además, Ruiz ha adelantado que también se pretende hacer “una consulta popular” para determinar el lugar de ubicación del mercadillo de los sábados por la mañana. En función de ello, la calle Del Mercado podría incluso “cambiar de sentido”, lo que facilitaría la peatonalización parcial de Duquesa los fines de semana.
Por otra parte, la época de las terrazas de verano toca a su fin. En el horizonte está la temporada otoño-invierno, periodo en que la gente no permanece fuera, y que en Rute coincide con la campaña de Navidad. Después de reunirse y sopesarlo, el equipo de Gobierno no ve operativo que quien venga en estos meses podría encontrarse con que el GPS le da una indicación y la señalización dice otra cosa.
El alcalde asegura que, a la hora de dejar el tema sobre la mesa, han pesado todas estas cuestiones más que las quejas vecinales de estos días en las redes sociales. Entiende que quieren “el bienestar de todos los vecinos” y tomar una resolución definitiva implica una reordenación del tráfico más profunda. A ello se suma una cuestión más burocrática. Regular la entrada de vehículos residentes con una cámara inteligente implicaría una licitación previa del proyecto antes de su adjudicación final. Calcula que, como poco, los plazos se irían a dos meses y medio o tres, antes de que esta medida técnica estuviera operativa.
David Ruiz insiste en que no tienen ningún inconveniente en dar “un paso atrás” si con ello se contribuye al bienestar de la mayoría y sin perjuicio de nadie. De momento, tienen claro que el horario previsto para aplicar la medida era “excesivo”. De llegar a implantarse, se reduciría y se tendrían en cuenta fechas significativas como Navidad, Semana Santa o determinados tramos del fin de semana en verano. Hay conjugar diversos intereses con el uso de una arteria principal de entrada al pueblo. Poniéndolo todo sobre la mesa, habrá que tener también muy en cuenta la opinión experta de la Policía Local para tomar la determinación más adecuada.