Rute ya tiene su propia “Faraona”

  • Así llamaba su abuelo a Ainhoa Gutiérrez, que, tras diez años de formación como bailaora, ha levantado una academia y el I Festival de Flamenco & Zumba


Galería de imágenes del I Festival de Flamenco ” La Faraona” 

El arte siempre suma. Y es a su vez la suma de varios ingredientes. Desde la belleza a la emoción, desde una forma a un contenido, desde algo que contar a cómo se cuenta o se trasmite, en cualquiera de sus manifestaciones se precisan varios pilares que sostienen ese intangible que conforma la obra artística. Puede resultar difícil de definir, pero cuando el arte se muestra a los ojos, suele ser reconocible. Y lo que se vio en Rute el último sábado de julio sobre las tablas del Teatro al Aire Libre “Alcalde Pedro Flores” tenía al menos los mimbres para convertirse en arte. Es, desde luego, un proyecto en gestación, pero que apunta el talento de su impulsora. Se llama Ainhoa Gutiérrez, pero el mundillo artístico ya se ha buscado un apelativo: “La Faraona”.

  • Ainhoa ha tenido valentía para llevar un sobrenombre tan emblemático, para irse a formarse y para volver y echar a andar una nueva academia de baile

Con más precisión, así la llamaba su abuelo, emigrante en Baleares ya fallecido. Cuando tenía ocasión de verla, le decía “mi faraona”. Con la clara alusión que en nuestro país tiene ese sobrenombre a alguien del carisma de Lola Flores, que Ainhoa lo haya hecho suyo de adulta indica que atesora otra de las condiciones del arte: la valentía de cualquier creador para mostrar su obra. No sólo la exhibe en los carteles. Antes, la tuvo para marcharse de Rute y formarse durante una década como bailaora. Y la ha conservado para volver y montar una academia aquí y en Cuevas de San Marcos.

Con el alumnado de ambas sedes, en apenas diez meses ha levantado el I Festival de Flamenco & Zumba, en el que ponía en escena lo aprendido en un año complicado. No sólo ha sido el primero en todo: ha tenido que ganarse la confianza y convencer de que valía la pena irse con ella. Además, tampoco ella ha escapado de las dificultades añadidas de la crisis sanitaria. Aunque ha logrado que se asienten en las clases en torno a sesenta alumnas entre Rute y Cuevas, cuando empezó el curso rozaba las noventa. Las oleadas que siguen coleando mermaron la asistencia hasta la cifra final. La mayor parte dieron forma a quince coreografías presentadas por Toñi Pulido y Rosa López.

Los números recreados abarcaban diversos géneros de flamenco y zumba, las dos especialidades que imparte junto a un híbrido que ha creado la propia profesora, al que denomina “fitik”. Pero también a lo largo de la noche se pudieron ver pinceladas de danza española o hasta una marcha de Semana Santa. Fue la tarjeta de presentación de una artista que, lejos de caer en el inconformismo (sería incompatible con su condición de artista), no deja de plantearse nuevos retos. Quiere seguir creciendo como bailaora y como profesora, y no renuncia a romper prejuicios y que poco a poco los chicos también formen parte de su alumnado.

De momento, su festival se incorpora por la puerta grande a los Veranos Culturales de la Villa. A la oferta existente se suma el proyecto cultural de “La Faraona”. En efecto, el arte siempre suma. Y con él, la cultura en Rute crece. Bienvenida.

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