Rute es uno de los quinientos municipios que participan en un proyecto que analiza el habla andaluza

  • La investigación, que lidera el profesor de la Universidad de Granada Alfredo Herrero de Haro, estudia la evolución de nuestras variedades dialectales en los últimos 70 años

Alfredo Herrero en Casariche durante su visita a este pueblo

Alfredo Herrero – Atlas Lingüístico Interactivo de los Acentos de Andalucía

Más trescientos setenta registros del habla andaluza forman parte de uno de los proyectos lingüísticos más ambiciosos y completos acometidos por la Universidad de Granada (UGR) hasta el momento. El proyecto de investigación está coordinado y dirigido por el profesor Alfredo Herrero de Haro. Con esta iniciativa se pretende analizar el acento y las peculiaridades fonéticas de quinientos municipios andaluces, entre ellos Rute, para que queden representados en un mapa interactivo accesible al público no especializado.

La investigación estudia los cambios experimentados en los últimos 70 años en el acento andaluz. Según ha detallado Alfredo Herrero, en 1973 un equipo de la Universidad de Granada ya publicó un “Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía (ALEA)”. Aquel estudio fue coordinado por el prestigioso filólogo y dialectólogo Manuel Alvar, en colaboración con otros dos reputados colegas, el dialectólogo Gregorio Salvador y el lingüista Antonio Llorente. Ahora de lo que se trata es de actualizar y ampliar esa investigación. El proyecto abarca quinientas localidades frente a los 230 municipios que formaron parte del atlas de 1973.

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Según ha explicado su director, la primera fase de recogida de datos se está llevando a cabo de manera remota hasta el 1 de junio. La participación en línea ha sido “abrumadora”. Hasta la fecha se han recogido más de trescientas pistas de audio. Además, los interesados en sumarse aún pueden acceder a través de internet al enlace acentosandaluces.com y dejar su registro oral. Sin embargo, se ha detectado que las personas de los municipios más pequeños han colaborado en menor medida.

Por eso, ahora, en una segunda fase, que ya ha comenzado, el equipo se está trasladando a determinados municipios para poder también hacer en persona esos registros. Éste ha sido el caso de Rute. A mediados de mayo, el equipo del proyecto Acento Andaluz entrevistó y recogió los registros de habla y orales de varios vecinos y vecinas de nuestro pueblo. Por ahora, ya se puede detectar algunos patrones lingüísticos que caracterizan la evolución del habla andaluza en las últimas décadas.

Según ha expuesto Herrero, se observa que “la apertura vocálica” al final de palabra, más propia del habla de Andalucía oriental, se está extendiendo al ala occidental de la comunidad. Por otra parte, la pronunciación de la consonante “j” también se ha ido relajando hasta derivar en una “h” aspirada, muy suave, que casi une las dos vocales entre las que va insertada. Otra de las peculiaridades que llama la atención de Herrero tiene que ver más con la evolución en general de los idiomas. En este sentido, apunta que el sonido palatal que se representa con el dígrafo “ch” se ha relajado como en otras lenguas como el francés, dando un resultado similar a la combinación inglesa “sh”.

También es común a otros idiomas y se ha extendido al habla o las variedades dialectales andaluzas lo que se conoce como “sílaba abierta”, una combinación final de vocal más consonante. Ese “patrón de evolución natural” hace que, en caso de haber consonante a final de palabra, ésta apenas suene. Sobre este punto, el profesor matiza que el hablante andaluz suele utilizar la práctica totalidad de las 18 consonantes del sistema fonético español. La única salvedad sería la del “yeísmo”, que no distingue la pronunciación de la “ll” y la “y”. En cambio, todas esas consonantes se relajan a final de palabra.

Aunque muchos de estos patrones son comunes en toda Andalucía, si hay algo que tradicionalmente ha distinguido la mitad oriental de la occidental ha sido la citada apertura de las vocales. En Córdoba, Jaén, Granada, Málaga y Almería, el sistema de vocales está duplicado. Cada vocal se abre un poco cuando para distinguir el plural del singular. Además, por un fenómeno denominado “armonía vocálica”, no sólo se abre la vocal final, la que en la escritura llevaría detrás una “s” de plural, sino que también lo hace la anterior en palabras como “osos” o “cataratas”. Esta particularidad del andaluz oriental no ocurre en otras provincias como Sevilla, aunque cada vez está penetrando más esta forma de pronunciar.

Curiosamente, las peculiaridades tanto del habla como de la pronunciación de cada zona se notan más cuando los entrevistados responden a costumbres o características de sus lugares de origen. En cambio, cuando se les pide que nombren un animal o un objeto concreto tienden a vocalizar y pronunciar de forma más neutra. No obstante, el profesor ha querido desmontar el mito de que los andaluces hablan mal. Cree que responde a razones “extralingüísticas” que ni siquiera son exclusivas de nuestro idioma. Tanto en España como en otros países se tiende a dar por hecho que las variedades dialectales más correctas están alrededor de capitales presentes o históricas.

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