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Aunque ya ocurrió en octubre de 2021, es sintomático de una tendencia que ha hecho que desde hace días tenga menos de doscientos hectómetros cúbicos de agua embalsada
Tal y como era previsible, el Pantano de Iznájar ya está por debajo del 20% de su capacidad. Desde comienzos de agosto el porcentaje de agua embalsada ha caído de ese umbral. Es la consecuencia, entre otros factores, de que en mayo la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, a través de la Comisión de Desembalse, aprobara un desembalse de 600 hectómetros cúbicos seguir garantizando el regadío. A pesar de que era una dotación inferior a la de 2021, implicaba un riesgo de dejar los pantanos de la cuenca en mínimos históricos. No obstante, la situación no es nueva en el embalse más grande de Andalucía. A finales del año pasado, en octubre, se situó al 19,88%. Ahora mismo está al 19,09%. Por tanto, de los 981 hectómetros cúbicos que puede llegar a albergar apenas si tiene 187,29. De hecho, a finales de julio, el pasado día 27, ya había caído por debajo de los 200 hectómetros cúbicos.
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Para alcanzar a comprender la gravedad de la situación provocada por la sequía, hay que poner estas cifras en su contexto adecuado. Por un lado, el embalse sigue perdiendo más de un hectómetro cúbico diario. En la última semana de julio ha perdido nueve. Además, pese a que en 2021 ya hubo otra situación similar de sequía, entonces sus aguas sumaban 240 hectómetros cúbicos. Es decir, en la primera semana de agosto del año pasado estaba al 24,46%, cinco puntos más que ahora. Peores son los datos a diez años vista, ya que en la última década lo normal a estas alturas sería que tuviera en torno a 544 hectómetros cúbicos, es decir, un 55,51% de su volumen total.
Mientras los niveles siguen bajando y los aliviaderos desembalsando agua, la situación meteorológica no mejora. En Rute no ha llovido desde el pasado 4 de mayo. Se han cumplido, por tanto, tres meses sin precipitaciones. El año agrícola, que concluye el 31 de agosto, va camino de ser uno de los más secos de la serie histórica. Con sólo 499,1 litros recogidos hasta el momento, quedará lejos de la media en Rute, que suele rondar los seiscientos litros. A ello se unen las tres olas de calor que se han sucedido a lo largo del verano, en algunos casos con sólo uno o dos días de tregua mínima como mucho entre una y otra. Estas altas temperaturas propician más si cabe la evaporación de la poca agua que aún queda embalsada.