Otro enfoque patrimonial

Estimado lector, ya nos encontramos inmersos en nuestra afamada campaña de navidad, en el pasado octubre se dio el esperado pistoletazo de salida. Parece que la acontecida este año va a ser la primera en mucho tiempo, que se va a desarrollar sin incidentes, esperemos. En ocasiones anteriores habíamos hecho mucho hincapié en los cambios que se avecinaban y parece ser que se están desarrollando según lo predicho. El turismo nacional está experimentando una evolución y cambio de ciclo, pues cada vez cobra más protagonismo el turismo rural, circunstancia que puede suponer un incentivo muy importante para nuestro pueblo.
Como muestran las cifras, parece que se empieza a notar el cambio de mentalidad, y cada vez más los pueblos que se empiezan a llenar durante puentes, fines de semana o temporada de vacaciones. Muchos estudiosos y especialistas en turismo proponen que dicho cambio viene provocado por la pandemia, la cual ha motivado la necesidad de “regresar” al campo y disfrutar de la naturaleza. Rute tiene en este ámbito muchas oportunidades, debido a que es una población eminentemente agraria, con un territorio que ofrece auténticos miradores naturales y donde el ambiente natural cobra especial relevancia gracias a nuestra admirada sierra. Además contamos con una industria artesanal de renombre que provoca atracción, aunque sea solamente estacional. Por otro lado, podemos citar la ubicación privilegiada que ocupamos, llevamos siendo un nódulo logístico desde prácticamente tiempos remotos. Como vemos existen factores suficientes para entender que el éxito que está disfrutando el turismo rural es una oportunidad que no debemos desaprovechar.
La concesión del reconocimiento de “Pueblo de Interés Turístico” a Rute parece que está dando parcialmente resultados, debido a que los fondos se están aprovechando para mejorar el aspecto exterior de nuestra localidad; sin embargo me surgen dudas. Todos conocemos localidades que son visitables debido a la característica de haber mantenido su esencia, como por ejemplo: el encalado tradicional, su trazado original o diferentes edificios monumentales que han acabado por generar un “casco patrimonial”. No obstante, en Rute nunca hemos sido consecuentes y debemos reconocer que nuestra identidad patrimonial ha dado paso a una multitud de despropósitos que nos ofrecen en la actualidad una visión equivoca e irreparable. Es por esto que opino que deberíamos focalizarnos en abrir nuestro abanico patrimonial, debido a que conocemos que aspectos aprovechables como la arqueología, y abandonar parcialmente la idea de embellecer algo cuyo problema original viene de raíz y cuya solución hay que atajar de otras formas más agresivas. Existen muchas localidades que con menos oportunidades saben aprovechar mejor sus ventajas, lo que nos debe hacer reflexionar en cuanto, dónde y cómo podemos competir. Reitero el auge del turismo rural es un tren al que debemos subirnos, no dejemos pasar esta oportunidad.

Deja un comentario