El Ministerio de la Presidencia y la Junta de Andalucía registran el paraje de La Pililla como fosa común

  • En dicho lugar se fusiló al menos a cinco ruteños, según los documentos que ha podido investigar Arcángel Bedmar y otro aportado por Araceli Vinuesa

Araceli Vinuesa cuenta la historia de su abuelo durante la presentación del libro de Arcángel Bedmar

Entrevista Araceli Vinuesa-fosa común

Ochenta y seis años han pasado desde que al menos cinco ruteños fuesen fusilados en el paraje de La Pililla, tras el estallido de la Guerra Civil. Sin embargo, ha sido ahora, en base a la nueva Ley de Memoria Democrática, cuando el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, y la propia Junta de Andalucía, a través de su Consejería de Cultura, han reconocido y registrado la existencia de esa zona como fosa común. Consta como no intervenida y, por tanto, con unos cadáveres que aún no se han podido exhumar.

  • Vinuesa afirma que no va a parar hasta ver reparada la memoria de los fusilados por el franquismo

En la actualidad la zona se encuentra sepultada por la autovía Córdoba-Málaga, en el término municipal de Encinas Reales. Existen documentos que ponen de manifiesto que en el paraje de La Pililla fueron fusilados al menos cinco ruteños: José Arcos Martínez, 23 años, albañil; Juan Antonio García Algar, 24 años, albañil; Miguel Guerrero Cruz, 23 años, pintor y rotulista; Francisco José Henares Porras, 23 años, albañil; y Juan Pelagio Rojas Roldán, 26 años, que trabajaba en una destilería.

Estos nombres aparecen como fusilados y publicados en el libro recientemente reeditado y ampliado “Desaparecidos. La represión franquista en Rute (1936-1950)”, del historiador Arcángel Bedmar. En la publicación también se hace constar los nombres y apellidos de los cincuenta y tres los ruteños desaparecidos durante el mencionado periodo.

Además, Araceli Vinuesa, nieta de Francisco Rafael Vinuesa, afirma que su abuela se negó a registrar como muerte natural a su marido, cuando éste fue fusilado en el año 1936. Fue en 1979 cuando finalmente, ante notario, con dos testigos, la abuela de Araceli registró la muerte de Francisco Rafael Vinuesa como fusilado en la carretera de Encinas Reales en la zona de La Pililla.

Según Vinuesa, los datos aportados por Arcángel Bedmar y el documento de su abuela han sido determinantes para que ahora se pueda llevar a cabo el registro de La Pililla como fosa común. Asegura que va a seguir trabajando para reparar la memoria de los fusilados y sus familiares. En este sentido, a Vinuesa le gustaría que los familiares estuviesen unidos y consiguiesen al menos que se coloque un monolito en dicho lugar con los nombres de los fusilados. No obstante, también confía en que se puedan llevar a cabo las excavaciones oportunas para exhumar los cadáveres.

Para concluir, ha reclamado que se quite la placa de Bernabé Andrés Pérez Jiménez, que se encuentra en la calle Del Pilar, en la fachada del antiguo hospital de Rute. Según Vinuesa, este magistrado firmó diez sentencias de muerte en Baena y la orden de muerte del último alcalde republicano de Puente Genil, “a garrote vil”. Además, ha recordado que en el capítulo cuatro de la Ley de Memoria Democrática se hace constar que todo tipo de placas o menciones que causen daño deben ser retiradas, en este caso, apunta, por el Ayuntamiento de Rute.

 

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