Más de cuarenta corredores del Club Atletismo Rute participan en la Noche de San Antón en Jaén

La expedición ruteña  completó un autobús para la XXXII Noche de San Antón

La expedición ruteña completó un autobús para la XXXII Noche de San Antón

Jaén se ha convertido en una segunda casa para el Club Atletismo Rute. Fuera de las cinco pruebas de fondo de nuestro término municipal, la carrera de la Noche de San Antón es la que registra una mayor representación local. La presencia de ruteños en la capital jienense ha ido en aumento con las ediciones de esta cita. En la número 32 se han superado todos los registros imaginables. A nivel global, ha contado con más de ocho mil participantes. Y en la misma medida, la cifra de corredores del municipio se ha elevado por encima de los cuarenta. No era la primera ocasión en que el Club Atletismo Rute fletaba un autobús hasta Jaén. Pero sí ha colgado por primera vez el cartel de lleno. Cierto es que las plazas se completaron con algunos compañeros de Lucena, aunque también hay que mencionar a otros ruteños que acudieron en vehículos particulares. Así pues, en la práctica la representación local se acercó a las cincuenta inscripciones.Para entender esta altísima participación hay que sumar varios factores. Como reconoce su presidente, José Ariza, el club vive un momento dulce, cada vez con más miembros. Además, se ha extendido de boca en boca la peculiar belleza de esta cita. Hay socios que la describen como “el Tour de Francia de las carreras populares”. Por último, el hecho de que el 16 de enero, fecha fija de la Noche de San Antón, haya caído este año en viernes no ha hecho sino facilitar en general el número de inscripciones.

Como siempre, lo más positivo es que, dentro de las posibilidades de cada uno, todos la terminaron. Para ser los primeros de la general, ya están David Solís y Esther Hidalgo, profesionales dedicados a tiempo completo a esto. Para el atleta amateur de lo que se trata de vencerse a sí mismo, de acabar la carrera en el debut o mejorar el crono de la edición anterior. Eso hicieron los ruteños y esa satisfacción les queda, con sufrimiento en algunos tramos, por las cuestas de la capital jienense y por la aparición de un aguacero en la parte final, pero disfrutando de una prueba que de forma unánime coinciden en calificar de diferente y especial.

En buena medida, ese carácter especial se debe al público. De nuevo hay que quitarse el sombrero. Saben que la carrera es un escaparate para su ciudad, para su turismo y su agricultura. No hay que olvidar que, para promocionar su producto más emblemático, el ganador recibe de premio su peso en aceite de oliva. Sin embargo, no asisten como meros espectadores pasivos. Apenas se puede vislumbrar durante los 10 kilómetros de subidas y bajadas un hueco en las aceras donde no haya gente animando. Ni siquiera la lluvia llegó a apagar las numerosas antorchas que han hecho una seña de identidad de la prueba. Desde luego, los corredores podrán cruzar la meta empapados en casos como éste, pero difícilmente pasarán frío entre tanta muchedumbre y tanto grito de aliento.

Por todo ello, pese a ser el primer ruteño clasificado, José Ariza señalaba que no es una carrera para hacer grandes tiempos, “sino para disfrutarla”. Sin ir más lejos, la masa de corredores hace que se vaya casi andando en el primer kilómetro. Tanto él como Vicente García coincidían en el papel tan activo que desempeña el público. García cree que pocas carreras puede haber tan participativas en Andalucía como ésta. Prueba de ello es que la lluvia habría deslucido la segunda parte del recorrido, pero la gente se había encargado de que no perdiera vistosidad.

Si, a pesar de su juventud, José Ariza y Vicente García son ya dos “veteranos” en San Antón, cada año se suma algún debutante. En esta ocasión, incluso ha habido tres chicos, Francisco López, Manuel Tejero y Pedro Trujillo con un dato elocuente sobre su juventud. Los tres son jugadores cadetes del Rute Calidad. Animados por el padre del primero, decidieron probar y aseguran que no resultó tan dura como esperaban. Eso sí, reconocen que la preparación física del fútbol les sirvió para terminar. Lo importante para el presidente es que estos chicos garantizan la continuidad. Ariza no oculta que es “una alegría” que, después de un tiempo “en que el club no acababa de despuntar y no había nuevos socios”, en el último año se ha disparado la afición por salir a correr.

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