Medio centenar de menores de comunión acompañan en Rute al Corpus Christi

  • Junto a la presencia de los menores, el otro aspecto singular de la procesión del Santísimo es la colocación de altares a lo largo del recorrido

Además de los menores y los altares, destacó la alfombra de serrín coloreado de la comunidad parroquial de Santa Catalina

Corpus Christi 2023

Como es habitual en los lugares donde no es festivo, el Día del Corpus se celebra el domingo siguiente al Domingo de la Santísima Trinidad en el calendario litúrgico. Ha sido el caso Rute, donde, entre el cortejo que acompañó al Santísimo, destacaron los niños y niñas de primera comunión. También estuvieron los representantes públicos, en uno de sus últimos actos antes de constituirse la nueva Corporación. De igual modo, formaron parte de la comitiva miembros de las diferentes hermandades y cofradías de Pasión y Gloria de Rute. Cerrando el cortejo iba la Banda Municipal y abriéndolo estaban los 51 menores que han hecho en la localidad la comunión este año. Son los del casco urbano, sin contar los de las aldeas. De esa cifra, 30 corresponden a la parroquia de Santa Catalina y los otros 21 a San Francisco de Asís. Con ellos han estado en los meses previos el grupo de catequistas de “Adoración Nocturna”.

  • Este año han hecho la comunión 51 niños y niñas entre las parroquias de San Francisco y Santa Catalina, sin contar los de las aldeas

Junto a los menores de comunión, el otro aspecto singular de este día es la colocación de altares en distintos puntos. En esta ocasión, había cinco y una alfombra de serrín coloreado. Siguiendo el orden del itinerario, el primero era el de la cofradía del Nazareno, presidido por una réplica de su imagen propiedad de Carlos Caballero, y otra réplica también a pequeña escala de la Virgen del Rocío, propiedad del actual presidente de la cofradía, Pablo Jiménez. Estaba situado frente a la fachada principal de Santa Catalina, en la calle Constitución.

A continuación, en la calle Del Pilar, a la altura de la puerta lateral de la iglesia, estaba la alfombra elaborada por la comunidad parroquial de Santa Catalina. Más arriba, junto a la esquina de la calle Pérez Galdós, estaba el de la cofradía de Jesús de la Rosa, con una réplica de la Virgen de Araceli que hay en San Francisco. Más adelante, frente a la esquina de la calle Echegaray, había un altar particular, el de la familia Arcos Cortés, presidido por un crucificado y una imagen de la Virgen del Carmen.

Para ver el siguiente, había que continuar hasta la calle Juan Carlos I, frente al final de la calle Bonilla. Allí suele colocar su altar la cofradía del Abuelito, presidido esta vez por una imagen de San Antonio que hay en la ermita de San Pedro. El último altar estaba en la esquina de la plaza Nuestra Señora del Carmen. Era precisamente el de la real archicofradía, y estaba presidido por un lienzo de la Santísima Trinidad. En su origen, formaba parte del antiguo retablo y actualmente está en el camarín de la Patrona.

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