Los niños de comunión y los altares dan color a la procesión del Corpus Christi en Rute

Junto a los niños de primera comunión, se ha  convertido en algo habitual de este día la presencia de varios altares en el  recorrido procesional

Junto a los niños de primera comunión, se ha convertido en algo habitual de este día la presencia de varios altares en el recorrido procesional

Después de que el año pasado se retrasara hasta finales de mes, por la celebración tan tardía de la Semana Santa, la procesión del Corpus Christi ha vuelto a sus fechas habituales. Al no ser una jornada festiva en pueblos como Rute, la salida procesional se suele posponer al primer domingo de junio, siempre que no haya alguna alteración significativa del calendario como la mencionada. En una tarde soleada, aunque no excesivamente calurosa, la imagen de la Custodia desfiló por las calles céntricas de Rute. Como es costumbre, contó con el acompañamiento del clero, los representantes políticos y la Banda Municipal.

Pero sin duda, lo más llamativo de esta comitiva humana es la presencia de los niños y niñas que han recibido su primera comunión este año. Cerca de ochenta han sumado entre el casco urbano de Rute y las aldeas. Completaban así un ciclo que se inició con las clases de catequesis recibidas del grupo Adoración Nocturna, continuó con la eucaristía en sí y culminó en el desfile procesional.

La otra estampa típica de esta jornada la constituyen los altares distribuidos a lo largo del trayecto. Seis han sido esta ocasión. El primero, siguiendo el orden del itinerario, era el del grupo Adoración Nocturna, frente a la puerta lateral de Santa Catalina. A continuación, la cofradía del Nazareno había puesto uno junto al Círculo de Rute, presidido por una imagen de la Virgen de Todos los Santos. El siguiente estaba frente al antiguo hospital Alfonso de Castro. Lo había organizado la cofradía de Jesús de la Rosa, con una imagen de la Virgen del Consuelo.

Para ver el cuarto altar había que desplazarse hasta la esquina de la calle Bonilla con el Paseo Francisco Salto. Era el de la cofradía del Abuelito, que instalaron una talla de la Virgen de la Encarnación. Unos metros más arriba, en la calle Juan Carlos I, la cofradía de la Virgen de la Cabeza repitió altar por tercer año, con dos ángeles sujetando un cáliz. El último, al término del recorrido, era el de la archicofradía de la patrona. En este altar se podía contemplar un niño Jesús que hay en la ermita de Nuestra Señora del Carmen, junto a una Custodia.

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