Los estudiantes cuyos exámenes de Selectividad se extraviaron y sus familias muestran su indignación por lo ocurrido y por la premura de la repetición

  • Entienden que la Universidad de Córdoba no ha actuado de forma adecuada ni a la hora de informar ni con el ultimátum que se les ha dado a los jóvenes para volver a ser evaluados en sólo 24 horas

Pasan las horas y, por más que se suceden los intentos de explicaciones, no se despejan dudas sobre qué ha ocurrido con los 38 exámenes desaparecidos de las pruebas de la PEvAU celebradas en el IES Nuevo Scala de Rute. De las pocas certezas que hay, una es que los exámenes salieron del instituto ruteño y llegaron a la capital. Todas las partes implicadas coinciden en que el centro no es responsable del extravío. A la par que se confirma, las miradas se dirigen a la Universidad de Córdoba (UCO) para pedir responsabilidades y respuestas. A partir de ahí, todo es incertidumbre. El propio vicerrector de la UCO, Israel Muñoz, reconoce que de saber qué ha ocurrido con los exámenes no habrían venido a Rute ni él ni la presidenta de la comisión organizadora de las pruebas en Córdoba, Ana Belén Martínez, ni el tribunal externo al instituto.

Eso sí, han venido porque los estudiantes afectados han tenido que examinarse menos de 24 horas después de enterarse de lo ocurrido. Son jóvenes matriculados en el instituto ruteño y el de Don Diego de Bernuy, de Benamejí, pero proceden de más localidades. En el de Rute los hay de Iznájar o Cuevas de San Marcos, y en el de Benamejí de municipios como Palenciana y Encinas Reales. Los respectivos directores, Juan José Caballero y Dolores García, tampoco dan crédito. Han tenido que responder ante los padres y madres, y poner calma.

De Don Diego de Bernuy había acudido al María Estepa. Su examen de Griego es uno de los cuatro de esta modalidad que se han perdido. Los otros 34 extraviados son los de Matemáticas Aplicadas. Las dos pruebas se hicieron el mismo día, a la misma hora y en la misma aula. Como otros compañeros, cree que hizo un muy buen examen y teme que, en la repetición de la prueba, una semana después y desconectada del estudio, el resultado no sea tan brillante. A ella y a los demás afectados, los llamaron este jueves a mediodía. Más de uno pensó que era una broma. Pronto comprobaron que no podía ir más en serio. La reacción general fue de indignación, aunque después trataron de estudiar. María Baena y Lucía Ruiz son otras dos ruteñas que han tenido que repetir el ejercicio de Matemáticas Aplicadas. También habían salido muy contentas tras dos semanas de preparación. Ahora, en cambio, apenas si han dispuesto de unas horas.

Es uno de los aspectos que menos se explican, la premura con que se les ha citado para repetir, sin otra alternativa. El argumento de la UCO es que se ha buscado que tengan los mismos plazos para reclamaciones, preinscripciones y matrículas posteriores. En cuanto al joven que está en Italia, se intentará que acuda a la convocatoria extraordinaria de alguna de las universidades andaluzas, pero contando como “ordinaria”. Lo asegura Israel Muñoz, que confiesa que hasta el mismo jueves no fueron conscientes de que los exámenes se habían extraviado. Esta situación también resulta incomprensible para los estudiantes y para sus padres y madres. No encuentran lógica a que no se hubieran corregido antes unos ejercicios que se hicieron el 14 de junio.

El vicerrector señala que daban por hecho que estaban con el resto. Sólo advirtieron la anomalía a la hora de publicar las notas, cuando se sucedieron las reclamaciones de quienes habían hecho sus controles y sin embargo contaban como “no presentados”. Fue entonces y no antes, reitera el vicerrector, cuando en la UCO se dieron cuenta de que faltaban “dos sobres”, con las respectivas materias. Hasta entonces, pensaban que habían entregado “todos los exámenes a los evaluadores”.

Sobre la posibilidad de ofrecer algún tipo de “deferencia” al alumnado perjudicado, la descarta, más allá de insistir a los evaluadores “que tengan en cuenta las circunstancias”. Otra cosa entiende que supondría un agravio comparativo con los demás evaluados, pese a que admite que ha podido haber agravio para estos jóvenes, sobre todo para quienes tienen el convencimiento de que bordaron su primer examen. Muñoz reitera que proseguirá la investigación para saber dónde se perdieron los exámenes. De momento, lo único que saben es que llegaron a la Facultad de Medicina, a donde iban los más de cinco mil de toda la provincia.

Ninguna de estas explicaciones convence a los padres y a las madres. Sostienen que no se ha actuado con corrección. Teresa Molina, madre de una de estas alumnas, asegura que la única información que recibió su hija fue que la llamaron este jueves a mediodía para decirle que debía presentarse al día siguiente en el instituto “porque los exámenes se habían perdido”. Han citado a jóvenes que, en muchos casos, “aún son menores”, sin hablar con los padres, y cuando la dinámica de estudio “está rota”.

Para otro padre, Juan Francisco Zurita, ha faltado información y a los alumnos se les ha dado “un ultimátum, examinarse o suspender”. Esta premura les ha impedido presentar algún tipo de reclamación o la negativa a examinarse. Cree que el proceder de la UCO “deja mucho que desear” y ha faltado transparencia. Sospecha que han “tapado” lo que pasaba hasta que han “agotado” las posibilidades”. En su opinión, deberían haber avisado al director y que éste convocara a los padres y madres para buscar una solución, en lugar de convocar un examen tan precipitado, con todo lo que hay en juego. No sólo está en el aire qué carrera puedan estudiar, sino la posibilidad de que tengan que irse más lejos, con un mayor coste económico para las familias.

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