Los escolares de Rute aprenden a comunicar con la lectura a través de las “Palabras en la boca”

  • La iniciativa, enmarcada en los actos del Día del Libro, ha sido coordinada por Rocío Antón para fomentar el hábito de leer en voz alta con una entonación adecuada

Una de las actividades más originales programadas por la concejalía de Cultura en torno al Día del Libro ha estado enfocada al público infantil. Llevaba por nombre “Palabras en la boca” y ha consistido en una lectura pública de los escolares de Primaria de Rute. Se ha llevado a cabo en el Edificio Alcalde Leoncio Rodríguez y en ella se ha implicado de un modo u otro al alumnado de segundo ciclo del casco urbano y las aldeas. De coordinarla se ha encargado Rocío Antón, dinamizadora de la Biblioteca Municipal a través del Club de Lectura. Según ha explicado, se pretendía insistir en la importancia de “una buena lectura en voz alta”. Cuando se hace algo así, las palabras “se dirigen” a alguien, y ese camino hasta el receptor ha de ser “hermoso” y que las palabras “salgan con fuerza”.

Para ello, se han buscado dos álbumes ilustrados. Esas imágenes que complementaban a los textos se han proyectado en la pantalla mientras los escolares leían. De esta forma, se ha reivindicado la importancia de la literatura oral. De hecho, Antón asegura que se pone en valor siempre que es posible, como había ocurrido días atrás en el intercambio generacional con los mayores de la Residencia de Ancianos Juan Crisóstomo Mangas. Aunque la capacidad comunicativa de los escolares se ha materializado en esta jornada, la dinamizadora ha querido elogiar la labor docente de los colegios de Rute. Le parece “admirable” cómo hacen atractiva la lectura a los menores, a los que involucran con la presencia de autores en los centros.

Las lecturas han incluido interpretaciones musicales en vivo. Han llegado de la mano de niños y niñas que están en la Escuela de Música, gracias a la colaboración de su responsable, Carlos Aguilera. Antón concibe esta actividad como “una fiesta, y no hay fiesta sin música”. Es consciente de que el esfuerzo por fomentar la lectura a estas edades se ve luego contrarrestado en la adolescencia, una etapa en que los jóvenes se sienten atraídos por “otros intereses”. Por eso, ve importante “contagiar el entusiasmo” en la infancia. Si se logra, pese al parón en la adolescencia, esos lectores “volverán”. No pierde de vista que, en cualquier edad, la lectura ha de ser siempre “un placer”.

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