Los centros de Primaria de Rute clausuran de curso con jornadas en torno a sus proyectos interdisciplinares

  • Los Pinos hace girar su fiesta final en torno al cine, Ruperto corona con el musical “El mago de Oz” y Fuente del Moral organiza una yincana por niveles

La clausura de los cursos ha aunado lo lúdico con el balance de lo aprendido en estos meses

Galería  Balance de fin de curso de los colegios de primaria

Cayó el telón en el curso escolar 2022-2023 para Infantil y Primaria, al menos para el alumnado. El personal docente habrá de seguir en distintas tareas en julio. De momento, las fiestas de clausura han puesto el broche en los colegios del casco urbano de Rute. Cada una ha tenido un eje temático. El primero en echar el cierre fue Fuente del Moral. Como el año pasado, lo hizo en horario matinal y en dos jornadas, el jueves 22 y el viernes 23 de junio. En ambos casos las actividades lúdicas y de dinamización han estado enfocadas para los 404 estudiantes del centro, el de mayor de Rute.

  • Los colegios han tenido que adaptar su metodología a la nueva normativa en los cursos impares, que se ampliará a los demás el año que viene

La primera jornada se hizo una yincana por equipos con doce pruebas. El segundo día fue una fiesta de verano, con cañón de espuma, bailes y una sesión de magia. De organizarlo se ha encargado el AMPA. Su presidenta, María del Carmen Muñoz, destacaba que éste ha sido el primer curso sin restricciones sanitarias. Así se han podido poner en marcha iniciativas que permanecían “guardadas en un cajón”. En cuanto al hecho de celebrar la clausura por la mañana, ya se barajaba desde antes de pandemia, por iniciativa del propio profesorado y la Dirección.

Mientras los menores disfrutaban, para el profesorado era la hora de las evaluaciones. Para el director del colegio, José Antonio Tejero, el balance es también muy positivo. La gran mayoría del alumnado ha aprobado y ahora toca afrontar el verano con descanso, pero sin dejar del todo el repaso a lo aprendido. Para ello, el centro va a disponer de clases de refuerzo durante el mes de julio. Correrán a cargo del propio personal docente y se desarrollarán en horario de nueve de la mañana dos de la tarde.

El viernes se sucedieron de forma consecutiva las fiestas de Los Pinos y Ruperto Fernández Tenllado. En el primer caso, el escenario se transformó en un plató de rodaje para ilustrar que Los Pinos es “Un cole de cine”. Según su director, José María Henares, la idea guarda relación con el proyecto interdisciplinar de este año. Implica un trabajo extra, pero resulta “muy productivo”, ya que los escolares se sienten “muy motivados”. Dicho proyecto se ha estructurado en torno a museos temáticos. En el último trimestre se ha centrado en el del arte, donde encajaba el mundo del cine.

En ese contexto, los grupos escenificaron coreografías basadas en bandas sonoras de películas familiares muy populares. En el decorado, el vestuario y la puesta en escena ha participado el AMPA. Su presidente, Manuel Reina, elogia la interacción con el centro. Uno de los resultados más visibles es el proyecto medioambiental que desde hace cuatro años se desarrolla en el colegio, que une lo lúdico con lo educativo.

En lo meramente académico, Henares hizo un balance muy positivo. En general, el índice de aprobados es “muy alto” pero en especial hay “una remesa de sexto muy preparada”. Son los que se despiden en busca del instituto, con una huella recíproca entre alumnado y personal docente. También se ha despedido a la profesora Mercedes Porras, que recibió el cariño de sus compañeros y los alumnos que han estado bajo su tutela durante estos años.

Casi dándose la mano con el final de la fiesta de Los Pinos llegó la de Ruperto Fernández Tenllado, donde también se jubila Remedios Sánchez. Allí se escenificó el musical “El mago de Oz”, como broche a un curso donde el proyecto interdisciplinar, “RuperOz”, ha girado en torno a esta película. La directora, Rocío Jiménez, calcula que, aunque el alumnado suma 190 menores, en la representación final la cifra ha subido a 240 personas, con profesores, padres y madres. Gracias a ello, se había elaborado el decorado, el vestuario y el maquillaje para una propuesta de este tipo.

Parte de ese trabajo había corrido por cuenta del AMPA, que además se hizo cargo de la barra. Su presidenta, Eva María Díaz, subrayó la colaboración de la comunidad educativa en proyectos ambiciosos como éste. Sólo en la preparación del musical, la directora remarcó que se ha trabajado durante un mes y medio. Aun así, Jiménez insistió en la idea de que “RuperOz” ha permeado “todo el curso, desde septiembre”. En este sentido, Díaz agradeció esa implicación del personal docente por proyectos que contribuyen a una mayor calidad de la enseñanza.

En cuanto al balance académico, Rocío Jiménez señaló que envían al instituto una promoción “de matrícula”, en alusión al alumnado de sexto, que termina ciclo. Del resto, la valoración es igualmente satisfactoria. De cara al verano, la opinión unánime de los directores es que los pequeños desconecten unos días. Eso sí, también aconsejan que retomen paulatinamente el contacto con los contenidos, de forma más distendida. El objetivo es tener “las pilas cargadas” cuando llegue septiembre.

También ha de resetearse el profesorado, en plena adaptación a la nueva normativa. En el año académico que termina ya ha afectado a los cursos impares, y a partir del próximo lo hará el resto. Según José Antonio Tejero, el proceso abarca diversos ámbitos de la enseñanza, desde los libros a la metodología en sí. Para José María Henares, ha supuesto una dificultad añadida “compartir y adaptar dos leyes” a la programación. En este sentido, se espera que el trabajo de ahora permita afrontar el año “con más normalidad”. Su compañera de Ruperto coincide en que esa dificultad ha requerido formación para los propios docentes.

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