-
Además, las precipitaciones contribuyen a que repunten los niveles del Pantano, que se asienta por encima del 20% de su capacidad
Las lluvias de marzo han contribuido de manera importante a paliar la situación de sequía que se arrastra en buena parte de nuestra comunidad autónoma. En un ámbito más cercano, los acuíferos de nuestro término municipal que abastecen Rute recuperan sus reservas. Y aunque el agua que se consume en el pueblo no procede de ahí, los paupérrimos niveles del Pantano también han remontado algunos puntos, como han corroborado los informes semanales de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CGH) con los datos de los embalses de la cuenca.
- Para encontrar un marzo más lluvioso, hay que remontarse a 2018, que batió registros
En concreto, a lo largo del mes de marzo se han recogido 181,5 litros de agua. Gracias a estas copiosas precipitaciones, el balance del año agrícola ha superado la barrera de los quinientos litros. Al término del día 31 se situaba exactamente en 507,6. La cifra ya es superior a la global de los dos últimos ejercicios (contando su cierre a 31 de agosto). No obstante, falta una centena para alcanzar la media pluviométrica de Rute, que, tomando las tres décadas previas como referente, está en 616,69 litros.
De momento, los datos invitan al optimismo por primera vez en mucho tiempo. A estas alturas han caído doscientos litros más que en 2023 por estas mismas fechas. Para encontrar un marzo más lluvioso que éste, hay que remontarse a 2018. Entonces cayeron nada menos que 306,4 litros. No sólo supuso la mitad de todo aquel año agrícola, que sumó 619,4 litros. Además, estableció una marca para este mes desde que en 1972 empezaron a recopilarse estos datos en Rute para la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Toda esta acumulación de precipitaciones repercute positivamente en el Pantano de Iznájar, que continúa repuntando por encima de la barrera psicológica del 20% de su capacidad. Así, ha estrenado abril con el 24,85%. De los 920,2 hectómetros cúbicos de volumen útil, para una capacidad total de 981, ha subido a 228,6. De hecho, en la recta final del mes ha estado entrando agua con un caudal cercano a los siete hectómetros cúbicos diarios.
Como suele ocurrir con estos datos, hay dos lecturas. Una, a corto plazo, es más optimista. La otra, con más perspectiva, resulta más desalentadora. No sólo han subido los niveles a una semana vista. También, dado que la situación de sequía se prolonga desde hace tiempo, las cifras han mejorado en comparación con las que había a estas alturas hace un año. En marzo de 2023, el Pantano de Iznájar albergaba 180 hectómetros cúbicos, 48 menos que ahora. Por tanto, se hallaba al 19,57% de su volumen, cinco puntos menos que en la actualidad.
Sin embargo, si se comparan estos datos a lo largo del tiempo, el panorama sigue siendo preocupante. La media del embalse en esta misma semana durante los últimos diez años es de 522 hectómetros cúbicos, casi un 57% de su volumen. Por tanto, no se encuentra ni a la mitad de lo que cabría esperar en un comportamiento pluviométrico normal.