La sardina vuelve a las calles con honores procesionales y sepelio etílico

  • Tras un año de parón por las restricciones, los “cultos y actos” en torno al pez fiambre protagonizan el tramo central de la semana del Carnaval en Rute

El peculiar cortejo recorrió las estaciones de penitencia de los bares

Los actos que se suceden en Rute entre los dos fines de semana del Carnaval giran fundamentalmente en torno al entierro de la sardina. La celebración se remonta a principios de los años 90, cuando un grupo de amigos de la localidad empezó a organizar este peculiar cortejo fúnebre el miércoles de ceniza. En torno a esta noche de algarabía por el pez fiambre se han sumado dos eventos más. Primero surgió la versión infantil de “la sardinita” en los colegios de Primaria. Más recientemente, también hay un “velatorio de la sardina” la noche anterior.

La sardinita de Ruperto salió a la calle

Después de que en 2021 ninguno de estos eventos se celebrara por la pandemia, las restricciones sanitarias han condicionado en parte la edición de este año. En concreto, han afectado a “la sardinita”. En los últimos años, los tres centros del casco urbano habían aunado esfuerzos en un único cortejo. En esta ocasión, en cambio, tanto Fuente del Moral como Los Pinos han optado por una versión circunscrita a sus respectivos centros, sin salir a la calle. Sí salió la sardinita elaborada en Ruperto Fernández Tenllado, que hizo el pasacalles de turno, junto a la charanga Silosé Novengo y la batucada Arte Samba, desde el colegio hasta el Paseo Francisco Salto, donde el pez fue quemado.

Desde algo más abajo, de la calle Duquesa, saldría por la noche “la sardina adulta” con sus pintorescos “dolientes” y sus no menos particulares “rezos cantados” en memoria de la difunta. En “El Sitio” comenzó el recorrido por las estaciones de penitencia que componen los bares del itinerario con las marchas (a secas) de la charanga “Los Piononos” una parada muy especial al Barrio Alto. En la antigua “Casa Zaleas” de la calle Priego, los responsables de la revista satírica “El Pisiaso” rindieron honores procesionales al fiambre, con corona de flores y “petalada de globos” incluida. Por no faltar, no faltó alumbrado extraordinario ni los fuegos artificiales. De vuelta al Barrio Bajo, el cortejo proseguiría hasta la calle Málaga, para que la sardina recibiera su habitual sepultura de llamas junto a “La Tequería”.

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