La onomástica y el triduo a la Virgen del Carmen inician el mes más intenso de las Fiestas Patronales de Rute

La ampliación del  horario del besamanos permite más fluidez entre el público que acude a la  ermita

La ampliación del horario del besamanos permite más fluidez entre el público que acude a la ermita

Falta un mes para el momento central, el del 15 de agosto, de las Fiestas Patronales de Rute. Sin embargo, hay una fecha en el calendario a partir de la cual se van sucediendo los cultos y actos enmarcados en estas fiestas. La onomástica del Carmen marca el inicio de este intenso mes. Para conmemorar tal día un año más se ha celebrado, del 14 al 16 de julio, el tradicional triduo a la patrona en su ermita de la calle Toledo. En esta ocasión ha estado oficiado por el reverendo Joaquín Pacheco, de la orden franciscana. Al término de cada eucaristía se ha contado todas las noches con la presencia de los hermanos de la aurora. Según Antonio Rabasco, secretario de la archicofradía, es “una tradición” escuchar estos cantos como cierre. Los hermanos de la aurora participan de forma oficial en todos los actos organizados en honor a la Virgen del Carmen. Esa participación tenía este año todavía más razón de ser, ya que este colectivo ejerce de hermanos mayores.

También empieza a ser habitual que el último día de triduo la misa esté cantada por la coral polifónica Bel Canto de Rute. No fue el único acto especial de ese día, el sábado 16. La jornada se inició a las doce del mediodía con el repique de campanas y el disparo de cohetes. A esa hora comenzó también el besamanos a la Virgen del Carmen. Se prolongó hasta mediodía y se reanudó por la tarde hasta poco antes del triduo. Rabasco ha recordado que la idea de adelantar y ampliar el horario del triduo se gestó con la junta de Gobierno anterior. Después, se decidió mantenerla, en vista de que “daba buen resultado”. Al haber más horas para acercarse a la ermita, se evita “el colapso” de gente que se generaba al concluir el triduo. Ahora se puede acudir a lo largo de casi todo el día y estar un ratito allí ante la Virgen, “besarle la mano o pasar a los niños por el manto, con mucha tranquilidad y sin prisas”.

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