La lluvia vuelve a impedir una procesión en la Semana Santa ruteña

  • Los chubascos del Martes Santo hicieron que el Cristo de la Misericordia suspendiera su estación de Penitencia y las cofradías temen que no sea el último caso

El Cristo de la Misericordia recorrió el interior San Francisco con las secciones de tambores enlutados y música de capilla

Galería  Martes Santo 2024

Las cofradías de Pasión de toda Andalucía viven más pendientes que nunca de los pronósticos del tiempo, para ver cómo la meteorología condiciona la Semana Santa. En Rute, ya son dos las procesiones que no han podido hacer su estación de Penitencia, o al menos completarla como es habitual en la calle. La primera cancelación se llevó el Domingo de Ramos por la tarde, con la cofradía de la Vera Cruz. Al final, no llovió hasta bien entrada la noche, pero las malas previsiones habían llevado a tomar la resolución de no salir. Tan sólo vio la calle el Lignum Crucis, mientras que las imágenes de Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Sangre quedaron expuestas en veneración dentro de la ermita.

Dos días después, se confiaba en que el Martes Santo pudiera ser una jornada de transición (y tregua) entre las borrascas que atraviesan la Península. No fue así. La lluvia también hizo acto de presencia a lo largo de la tarde, lo que se tradujo en una nueva procesión cancelada. A media tarde, empezaron a sucederse una serie de chubascos y a las nueve de la noche, hora de salida del Cristo de la Misericordia, un sirimiri empapaba las calles de Rute. El interior de la parroquia de San Francisco de Asís estaba lleno a esa hora con el cortejo y el público que se había acercado.

Todos eran conscientes de que lo más probable era que esta estación de Penitencia también se suspendiera. No obstante, la junta de Gobierno de la cofradía se reunió en la sacristía para confirmar la decisión final. Minutos después de las nueve, su presidente, Antonio García, anunciaba que habría un pequeño recorrido en el interior y el rezo correspondiente, tras una emotiva “levantá”. Lo que tenían claro era que, tal y como se había presentado la meteorología, no tenía sentido arriesgar. Por tanto, los 24 costaleros pasearon el trono dentro del templo, con el acompañamiento de las respectivas secciones de tambores enlutados y música de capilla de la cofradía. De coordinar los rezos se encargó su consiliario, el sacerdote Bernard Huamán.

Desde el principio, los representantes de las hermandades de Pasión ruteñas venían apuntando que el riesgo de una cancelación masiva de procesiones era real. De hecho, temen que lo que ha ocurrido a la Vera Cruz y la Misericordia no queden como episodios puntuales, al contrario. A las puertas de los días grandes, tienen asumido que va a ser una Semana Santa de templos e interior, es decir, de procesiones sin salir.

En cualquier caso, al ser un tiempo cambiante y dependiendo de los intervalos entre una borrasca y otra, hasta última hora será difícil pronosticar qué puede ocurrir. Por tal motivo, cada cofradía va a proceder de distinto modo. Así, la del Abuelito acordará por la mañana qué hacen en la tarde del Jueves Santo, con la opción abierta de quedarse en el barrio de San Pedro como mal menor. La de Jesús Resucitado, que celebra su misa de hermandad justo antes de la procesión, se posicionará entonces.

Por su parte, en la del Nazareno no pierden de vista que la prioridad es cuidar el patrimonio. En el caso de la Soledad se añade el hecho de que la ermita queda lejos del recorrido. Por eso, coinciden en que no saldrían “al menor atisbo de lluvia”. En cualquier caso, todas las decisiones dependerán de la evolución de una meteorología que en esta Semana Mayor se ha presentado incierta como pocas veces se recuerda.

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