La Escuela de Cocina de Rute organiza un curso de cocina específico para jóvenes

El curso es impartido por

El curso es impartido por

Durante el mes de julio la Escuela Municipal de Cocina está impartiendo un curso para jóvenes. Según ha apuntado el teniente de alcalde, José Macías, con frecuencia los jóvenes cuando se marchan de Rute para estudiar fuera acaban yendo a los comedores universitarios o recurriendo al congelado de casa, “que tan socorrido es”. Por eso, considera conveniente que aprendan a prepararse. Es idóneo que lo hagan con lo que tienen en casa platos “sencillos y nutritivos”. A pesar de que la participación todavía es mayoritariamente femenina, Macías ha matizado que poco a poco se van “cambiando los roles”. Si en las casas siguen cocinando a menudo las mujeres, no es menos cierto que algunos de los cocineros más reputados son varones. En cualquier caso, la respuesta a la convocatoria ha sido notable. Hay treinta inscritos y se baraja aumentar el año que viene la partida presupuestaria “para incrementar las plazas y las horas”.

De impartirlo se encarga Ana Rosa Rojas. La monitora ha confirmado que el perfil responde al de jóvenes que, “por cualquier razón”, se van de casa. Se trata, pues, de que aprendan “a comer sano”, más allá de bocadillos y hamburguesas. El objetivo es que se manejen con ingredientes sencillos. En cuanto a la experiencia previa con la que llegan a los cursos, “hay de todo”. De hecho, Ana Rosa ha preparado algunos platos por sugerencia de los jóvenes, una cocina “más complicada” de la que ella tenía previsto enseñar.

Además de preparar en clase las recetas, luego se llevan a casa la ficha correspondiente. De esta forma, pueden recordarla “sólo con echarle un vistazo”. Lejos de tener curiosidad por una cocina más moderna, dada su juventud, la monitora ha destacado que les interesan las recetas tradicionales y típicas de nuestra tierra. Un plato tan típico en Rute como el potaje ha sido una de las demandas de estos jóvenes. Eso sí, tan sólo se han quedado con la receta “porque se negaban a comerlo a las diez de la mañana”.

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