La Destilería Machaquito reforma los cuatro hornos centenarios de su fábrica

  • Las obras coinciden con el año en el que uno de sus gestores Manuel Reyes cumple 95 años, este ha elogiado la eficacia de su hijo Francisco al frente de la empresa.

Cada verano, los responsables de la Destilería Machaquito aprovechan estos meses para llevar a cabo tareas de mantenimiento de sus instalaciones. En concreto, están reformando los cuatro hornos centenarios con los que cuenta esta marca ruteña para destilar. Se trata de una reforma completa de las zonas en la que se encuentran esos hornos, con objeto de que cuenten con materiales de mayor calidad y faciliten un mejor aporte energético.

El coordinador de la destilería, Francisco Reyes, explica que el sistema de destilación requiere de la fogata que calienta uno de los hornos. A continuación, se encuentra el sistema que mantiene activa la caldera. Según Reyes una de las particularidades del anís de Rute es que este se elabora calentando la caldera no sólo desde abajo sino, también, con una llama que abraza todo el recipiente. De esta forma, apunta Reyes, se evita que el producto se queme. Con la obra que se está realizando se cambia, por completo, toda la infraestructura que se encuentra oculta a simple vista.

  • La joven Julia Reyes representa la quinta de la saga familiar y ha sido la última en incorporarse al negocio de la destilación

Otra de las curiosidades de esta y del resto de las destilerías ruteñas es que se encuentran ubicadas en lugares donde pueden disponer fácilmente de agua. Por eso, desde los años treinta del siglo pasado todas destilerías ruteñas están situadas en lugares en los que existe un venero. Tradicionalmente, las destilerías ruteñas han estado ocupando la zona del Fresno y se han distribuido por el Chorreadero hasta llegar a la calle del agua.

Las destilerías recogen el agua que llega de la Sierra de Rute. Esa agua se canaliza a través de su venero y, posteriormente, se devuelve a la red pública para ser reutilizada. De ahí que una vieja aspiración del sector y del área de Turismo sea poner en valor una ruta del agua. Con esa ruta se pretende dar a conocer ese proceso de la destilación que desde hace más de cien años se ha llevado a cabo en la localidad y así como poner en valor una de las industrias señeras de la localidad.

Cinco generaciones destilando

La reforma de la destilería Machaquito coincide con el 95 cumpleaños de Manuel Reyes, padre del actual coordinador de esta fábrica ruteña, Francisco Reyes. Manuel Reyes representa la tercera generación al frente de esta fábrica y su hijo, la cuarta. Manuel no oculta “el orgullo y la satisfacción” que siente por el hecho de que su hijo haya asumido las riendas del negocio en los últimos años. Por su parte, Francisco asegura que “a diario habla con su padre, le pide consejo y se esfuerza por mantener su legado”.

Manuel Reyes, ha pasado toda su juventud en torno a la destilería. Aún recuerda la primera sala de embotellados y la adquisición de una maquinaria que fue pionera en Rute y que les permitió mejorar su producción. Él también “aprendió todo cuanto sabe” de su padre, Rafael Reyes. En un primer momento fueron sus hermanos y él mismo quienes asumieron las riendas de la empresa. Más adelante, Manuel Reyes se quedó como único dueño de la fábrica. Fue entonces cuando Manuel comenzó a delegar en sus hijos.

En la actualidad, uno de ellos, Francisco Reyes, ha cogido el testigo. Francisco ha continuado innovando, adquiriendo nueva maquinaria y mejorando el negocio. Por todo ello, Manuel Reyes, ha aprovechado para elogiar “la eficacia y la gestión” de su hijo Francisco. Además, confía en que éste, a su vez, sea capaz de transmitir su legado a su hija Julia. Por tanto, estamos ante una empresa señera y una de las máximas exponentes del sector del anís. Una destilería centenaria que ha tenido pasado, tiene presente y apuesta por el futuro.

Finalmente, Julia Reyes representa la quinta de la saga familiar y ha sido la última en incorporarse al negocio. Esta joven es consciente de “lo mucho” que le “queda por aprender”. Para ello, apunta, cuenta con “grandes maestros” como son su padre y abuelo. Aunque Julia es joven ha sido ella la que le ha pedido a su padre aprender sobre la empresa. Julia no tiene prisa para recorrer el camino que se ha propuesto. Además, afirma que cuenta con una motivación excepcional: “conseguir mantener el legado y una marca que tiene más de 160 años de historia

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