La Banda Municipal rinde homenaje a Agustín Ayala, como ejemplo de la afición a la música en Rute

RADIORUTE.COM

Cada año, al acercarse el 22 de noviembre, onomástica de Santa Cecilia, la Banda Municipal ofrece un concierto especial a la patrona de la música. A su vez, este concierto es uno de los más esperados del Ciclo de Música de Otoño, que organiza la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Rute. En ocasiones, como esta última, la onomástica cae justo en sábado, día habitual de los conciertos. Para la concejala de Cultura, María Dolores Peláez, si hay una actuación que no puede faltar en este ciclo, ésa es el concierto de Santa Cecilia. Citando el libro de Manuel García Iturriaga y José María Molina, la Banda Municipal es “una realidad cultural de Rute”. Por si todo eso fuera poco aliciente en un pueblo con tanta afición a la música, la actuación de este año era especial por muchos motivos. Así lo reconoció y lo repetiría a lo largo de la noche Miguel Herrero, director de la banda.

En el repertorio, por primera vez el concierto de Santa Cecilia estaba formado íntegramente por bandas sonoras. Sólo una, “Robin Hood, príncipe de los ladrones” (Michael Kamen, 1992) se había tocado antes. El resto de adaptaciones, desde La Misión a Cantando bajo la lluvia, eran novedades para la banda. Pero el componente emocional de la noche no estaba sólo en las sensaciones que esas notas interpretadas pudieran generar. La noche era especial porque en este año la banda ha perdido a dos miembros, uno con toda la vida dedicada a la música, otro con toda la vida por delante. También dos músicos acababan de perder a un familiar. Era inevitable que esa sensación de vacío se extendiera entre el auditorio.

Y para rematar el componente emotivo, estaba el homenaje a Agustín Ayala. Es el tubista de la banda, “y el archivero, y el responsable de mantenimiento y de un montón de cosas”. De esa forma tan genérica y al tiempo tan ilustradora resumía Miguel Herrero la importancia de contar con una persona como Agustín. Como ejemplo, ese mismo día había estado hasta última hora preparando todos los detalles del concierto. Hace algo más de un año se homenajeó en vida a Juan Caballero, y ahora se ha querido hacer lo propio con él. Según Peláez, es aún más relevante el gesto, para que el protagonista pueda disfrutarlo.

Antes de interpretar la última pieza, la de Robin Hood, Agustín se llevó la sorpresa que todos esperaban menos él. Sobre un fondo sonoro chispeante se proyectó un audiovisual que reflejaba esa trayectoria ligada a la música. El audiovisual puso de manifiesto cómo, aparte del lógico archivo musical, la banda empieza a atesorar una documentación de imágenes más que interesante, más aún con la posibilidad de digitalizar, “y mejorar”, las fotos originales de papel. A continuación, el director le impuso la insignia de oro de la banda y su mujer recibió un ramo de flores. Mereció la pena el esfuerzo de sus compañeros para guardar el secreto hasta el final, con tal de ver la emoción y la sorpresa del homenajeado.

Deja un comentario