Desde Adebo y La Flor de Rute se recuerda la huella y el carisma de la duquesa de Alba en la visita a nuestro pueblo

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Ha fallecido Cayetana Fitz-James, o Cayetana de Alba, o la duquesa de Alba, como era conocida comúnmente. Aparte de irse un personaje de la nobleza y de la alta sociedad, que ha copado portadas de revistas en las últimas décadas, de su carisma también fue testigo directo nuestro pueblo. En abril de 2011 Cayetana estuvo en Rute, en persona. No es una expresión gratuita, lo mismo que tampoco es una frase hecha que no dejara a nadie indiferente. Desde la Navidad de 2007 se podía ver su figura en azúcar en el museo de La Flor de Rute. Se trataba de una recreación a tamaño real hecha por el maestro pastelero catalán Lluís Muixì. Seis meses de trabajo y cien kilos de azúcar dieron como resultado una reproducción que hizo honor al carisma que se le atribuía a Cayetana. Esa misma temporada se convirtió en una de las figuras más emblemáticas del museo. Los mismos responsables de La Flor se mostraban sorprendidos de hasta qué punto había causado sensación. Todavía hoy, sigue siendo una de las esculturas más solicitadas por la gente para sacarse fotos.

No es de extrañar, pues,que cuando aquella tarde del 6 de abril de 2011 Cayetana puso sus pies en la Sierra de Rute, se hubiera congregado una multitud expectante. La duquesa había venido a bautizar dos ruchitos de la reserva de Adebo, “Pepín” y “Rosa”. Conocía el trabajo de la asociación ecologista desde años antes a través de Antonio Gala. Su interés  por verlo de cerca fue tal que, según explicó entonces el presidente de Adebo, Pascual Rovira, la visita se concertó en muy poco tiempo, pese a la apretada agenda.Fue una jornada entrañable, con anécdota incluida, cuando la cabra “Caramelo” quiso comerse su ramo flores. Repuesta del sobresalto, la duquesa se lotomó con humor y no dudó en expresar su alegría y deshacerse en elogios al entorno del que disfrutamos.

Según Rovira, le interesaba mucho la labor ecologista pero también la faceta cultural de Adebo. A Cayetana le entusiasmaba que en la Sierra de Rute se hubiera homenajeado al poeta Miguel Hernández, o las colaboraciones con La Fura delsBaus, Cela o Alberti. Prueba de ello es cómo agradeció un presente de Pascual. Desde que habían hablado la primera vez, siempre la felicitaba por su cumpleaños. Este mismo año le envió ejemplares de las láminas del ilustrador Vicente Vila que la asociaciónhabía recibido. Nada más tenerlas en sus manos,agradeció por carta el obsequio.

Pese a que sólo permaneció unas horas en Rute, también pudo fotografiarse junto a su réplica de azúcar. No sólo le encantó sino que se maravilló con otras recreaciones como el castillo de Disney. El gerente Juan José Garrido confirma que cuando se pensó en hacer la figura habían contactado con ella y no había puesto ninguna objeción. De hecho, estuvo a punto de venir en ese momento, pero una lesión de cadera lo impidió. Sí estuvieron con ella en Madrid al año siguiente. Juan José la recuerda como una persona sencilla, y subraya otro aspecto aún más significativo. Asegura que, aunque perteneciera a la nobleza y su estatus pareciera alejarla de los demás, “uno se sentía muy cómodo hablando con ella”. Esa visita a la capital de España fue al final de la mañana. A esas horas no probó el surtido de dulces de navidad con que la habían obsequiado, “pero sí se interesó por abrir la caja y conocer cada una de las especialidades”. Después, cuando las hubo probado, envió una carta de agradecimiento a la firma ruteña.

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