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Tras varios años ausente de la competición por una lesión crónica en el pie, el ruteño se ha sacado la espina conquistando el Campeonato de Andalucía Máster
Juan Luis González analiza su oro en el Campeonato de Andalucía Máster
El taekwondo sigue siendo uno de los deportes que más éxitos reporta en Rute. Su logro más reciente no es uno más, al menos para quien lo ha protagonizado. Juan Luis González tenía una espina clavada, una cuenta pendiente que saldar con esta disciplina que tanto le apasiona. La suya es una historia de superación, de constancia y de no rendirse al destino. Se la ha sacado y con honores, con una medalla de oro en el Campeonato de Andalucía Máster. La cita ha tenido lugar durante el segundo fin de semana de marzo en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre.
- Después de cuatro operaciones, los médicos le advirtieron que, si no dejaba el taekwondo de competición, podía acabar cojo
No era la primera ocasión en que Juanlu había querido “probarse” antes. El año pasado lo había intentado en el Open de Córdoba y el andaluz, pero no se veía en condiciones. Ahora se ha decidido, pese a que unas semanas antes sintió nuevas molestias. Pero tenía claro que quería volver a competir, después de haber tenido que dejar el taekwondo cuando se encontraba en su mejor momento, según él mismo asegura.
Lo más doloroso y que recuerda con más rabia fue que todo empezó a truncarse cuando apenas tenía 14 años (ahora tiene 31). Entonces apenas eran “unas molestias” en un dedo del pie izquierdo. Con 17 no le quedó otra que operarse. Aparentemente, recuerda, la operación salió bien, pero no mejoraba y tuvo que pasar por el quirófano por segunda vez. Con sólo 19 años, los médicos fueron tajantes: o abandonaba el taekwondo, al menos de competición, o acabaría cojo. En total, ha sufrido cuatro operaciones. En la última, hace cinco años, le advirtieron que se arriesgaba a no poder correr tampoco.
Por fortuna, no llegó a tal extremo y pudo continuar corriendo. De hecho, aparte de ser piedra angular de su club de origen, Gimtar, también es miembro del Club Atletismo Rute. No obstante, confiesa que, al cabo de tanto revés médico, tuvo que alejarse un tiempo del taekwondo. Le costaba hasta ver a sus compañeros en el gimnasio. Poco a poco se replanteó formarse para entrenar a niños y a la larga se propuso volver, aunque fuera sólo un año. Es consciente de que más no puede, sería muy arriesgado.
Así llegó a Alhaurín, sin poder golpear con el pie izquierdo y sin tan siquiera poder usarlo bien como apoyo cuando atacaba con el derecho. Con esa mínima base, su hermano Gonzalo le indicó un par de directrices de las que no debía salirse. Su parte de fortuna en el campeonato fue que uno solo de sus posibles rivales conocía sus limitaciones, pero iba por el otro lado del cuatro y cayó en semifinales. El resto, explica, le comentaron después que se habían extrañado de que golpeara únicamente con el pie derecho, pero no supieron la razón hasta después de los combates.
Ahora asegura que la cicatriz emocional que tenía ha cerrado. También ha dejado de preguntarse por lo que pudo haber sido y no fue, por más que reconozca que ese pensamiento le acompañó mucho tiempo. No descarta volver a algún open, pero sería de forma más relajada y a largo plazo. De momento, toca volcarse como entrenador, y asegura que tiene “la misma ilusión” por ver a alguno de sus pupilos campeón andaluz o de España. La siguiente cita como técnico de Gimtar será a las puertas de la Semana Santa, en Écija (Sevilla), con el Campeonato de Andalucía para precadetes.