Los talleres se han encaminado a un reparto equitativo de las tareas domésticas
Admitiendo la importancia de estos talleres, la concejala matiza que el entorno familiar “es primordial”. De nada sirve lo que se enseña en el centro “si luego no se pone en práctica en casa”. Para Ruiz, se han logrado muchas cosas en materia de igualdad, “pero aún queda mucho por hacer y ahí la educación juega un papel fundamental”.
En este sentido, Genaro Llamas, director de Ruperto, ha recordado que desde hace cinco años existe en todos los centros un plan de igualdad, “de obligado cumplimiento”. Además, este colegio en concreto lleva varios años participando en proyectos de coeducación “con buenos resultados”.
Nieves Palma, una de las monitoras de estos talleres, reconoce que las nuevas generaciones tienen más asumida esta igualdad de valores. Respecto a la forma de inculcárselos, cree que jornadas de este tipo pueden servir “de complemento” a lo que se enseña de un modo más teórico. Así, también se puede aprender jugando “y para determinadas edades esos contenidos entran mejor”.
