Cambio, trabajo e ilusión

Al escribir éstas líneas justo se cumplen 100 días del inicio del nuevo mandato. 100 días frenéticos, que podemos decir que han sido intensos, duros y llenos de trabajo, pero sobre todo la palabra que mejor puede resumir estos días, es ilusión. Esa ilusión de empezar un proyecto nuevo, y esa ilusión con la que todos los días nos levantamos, sabedores  de que tenemos la oportunidad de cambiar nuestro pueblo y demostrar como estamos haciendo creemos, que las cosas se pueden hacer de otra forma diferente a como se estaban haciendo antes. Sabemos que en poco más de tres meses poco se puede hacer, y poco se puede ver, pero estamos convencidos, de que en éste tiempo hemos sentado las bases de lo que serán nuestros cuatro años de gobierno, y creemos, porque así nos lo hacen llegar nuestros vecinos, que el cambio se empieza a ver en nuestro municipio, con una gestión más transparente y alejada de la opacidad, con un ayuntamiento que por primera vez en mucho tiempo, ha abierto puertas y ventanas y ha aireado alfombras, lo que ha permitido que se respiren nuevos aires en nuestro pueblo. Somos conscientes de que la empresa es complicada y difícil, y la situación en que nos hemos encontrado las arcas municipales, está muy alejada de la falsa realidad que nos vendían de prosperidad, pero eso no será excusa, sino un aliciente más para poner todo nuestro empeño en dar lo mejor de nosotros mismos para, tal y como hemos dicho en más de una ocasión, servir al ciudadano y trabajar por traer a nuestro pueblo, ese cambio y transformación que todos tanto anhelábamos, y que día a día, está más cerca. ¿Cómo lo vamos a hacer? Como se hacen las grandes empresas, trabajando poquito a poquito, pasito a pasito, y día a día, poniendo lo mejor de nosotros mismos en ésta difícil pero apasionante tarea en que nos encontramos. Somos conscientes de que en éstos tres meses y en el tiempo que nos resta de mandato, habremos tomado y tomaremos muchas decisiones que no serán del gusto de todo el mundo, pero tened por seguro de que lo haremos siempre desde la más absoluta humildad, intentando mirar siempre por el bienestar general de todos los vecinos de Rute y sus aldeas, y que si nos equivocamos, no nos dolerá en prendas reconocerlo y pedir disculpas por ello.

 

En otro orden de cosas, asistimos durante éstos días a algo que no por esperado, nos resulte menos preocupante y grave. Llevamos años viendo cómo nuestro país se desmembra poco a poco, y no importa cuál sea el coste, y es que tras las pasadas elecciones del mes de junio, vemos cómo una vez más, a unos y otros no importa ni el resultado de las elecciones, ni importa la igualdad de los españoles ante la ley. Una vez más vemos cómo la Constitución se convierte en moneda de cambio para otorgar el poder a unos, que aunque sigan cosechando malos resultados electorales, están dispuestos a todo, a pactar con quien sea y por encima de quien sea, por perpetuarse en el poder. Con añoranza y tristeza miramos esos tiempos en que en nuestro país había líderes que eran capaces de ponerse de acuerdo en los grandes asuntos, y respetaban una normalidad democrática que tenía como norma fundamental la Constitución. ¿Hasta dónde llegaremos? ¿Dónde está el límite? Tristemente, difícil está verlo, y es algo que nos debe preocupar y mucho a todos los españoles.

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