“Ancestral” es el nuevo cortometraje del joven cineasta ruteño Miguel Ángel Molina

  • La nueva producción, a diferencia de la anterior, de corte futurista, se basa en los diálogos inventados y en la comunicación entre dos homo sapiens

Miguel Ángel Molina realiza nuevas incursiones en el mundo cinematográfico. En esta ocasión presenta un nuevo cortometraje titulado “Ancestral”. El corto se presenta en Rute, en un acto público este viernes día 25 en el Edificio de Alcalde Leoncio Rodríguez. La idea surgió hace un año en una conversación con un amigo suyo, Diego Pérez. Según el joven productor y director ruteño, hacer cine “de escaso o nulo presupuesto” conlleva una demora “muy grande” en el proceso de producción. Reconoce que esto genera “muchas frustraciones”. Sin embargo, Molina confiesa que le apasiona este mundo, le encanta “contar historias, tener una idea, darle forma y desarrollarla”.

  • El corto está ambientado en la prehistoria, en un momento del paleolítico superior

Además, en el caso del nuevo corto, al estar rodado en plena naturaleza, ha tenido que suprimir muchos sonidos impropios (por la época del año en la que se rodó) generados por tractores o maquinaria agrícola. Esta circunstancia le obligó a doblar los diálogos de los personajes y a crear el ambiente sonoro desde cero. En cuanto al personal con el que ha contado, del sonido se ha encargado Luis Miguel Méndez. Además, hay dos actores de la Escuela de Arte Dramático de Córdoba, Carlos y Sergio, que son los protagonistas principales.

Ancestral es el octavo cortometraje de Miguel Ángel Molina. Desde 2004 ha rodado otros siete, con muchas escenas ambientadas en Rute. El primero lo tituló “Rh positivo”. Siguió con “Hablando con un viejo amigo”. El tercero fue “Pan blanco o integral”; el cuarto, “Sonata”; el quinto, “Villa Pentagrama”; el sexto, “Soy quien soy”; y el séptimo, “2040, un nuevo principio”. Su nueva producción, a diferencia de la anterior, de temática futurista y de ciencia ficción, es una comedia.

La peculiaridad de este corto es que su trama gira en torno a dos homo sapiens cazadores, ambientados en el Paleolítico superior. Los diálogos son inventados y el corto no tiene subtítulos. Para el desarrollo de la historia, Molina fue dando a los protagonistas una serie de palabras claves que les sirvieron para crear el idioma en el que se comunican. No obstante, Molina asegura que el espectador podrá seguir la trama a través de las imágenes sin ninguna dificultad. En el corto, hay mucha mímica y la expresión corporal juega un papel fundamental en la comunicación entre los personajes.

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