Una mujer de Rute se queja del trato recibido por párroco y los miembros de la cofradía de la Virgen de la Cabeza hacia su hija por abortar

Isabel considera que el párroco  no debiera haber hablado de este asunto con la cofradía

Isabel considera que el párroco no debiera haber hablado de este asunto con la cofradía

Isabel Granados mediante un comunicado público ha manifestado ante los medios de comunicación locales  “el daño moral y psicológico” que considera que le han provocado a su hija, tanto el párroco de la Iglesia de San Francisco de Asís como los miembros de cofradía de la Virgen de la Cabeza.  Según ha relatado todo comenzó en octubre del año pasado. En esas fechas miembros de la cofradía de la Virgen de la Cabeza se personaron en su casa para proponerle que su hija fuese Dama de Honor durante las fiestas de la Virgen en mayo 2014. Tras ilusionarla esta decidió finalmente acceder.  La joven no tardó en ir a escoger sus vestidos e iniciar los preparativos para las fiestas. Más tarde, en enero de 2014, esta chica recibió la medada de la cofradía en el acto oficial de nombramiento de la Reina y sus Damas de Honor. Poco después de dicho acto público, Isabel recibe una llamada de un miembro de la cofradía comunicándoles que la joven que es menor de edad no podía ser dama. Según ha manifestado Isabel Granados el párroco de la Iglesia había recibido a una vecina del pueblo que le informó de que su hija había abortado hace un año. Y este fue el motivo por el que, a su vez, el  párroco llamó a los miembros de la cofradía para decirles que la hija de Isabel no podía ser dama.

Isabel “dolida” con la situación fue a hablar con el párroco. Le reprochó su manera de actuar y le manifestó sus quejas por el hecho de que este hubiese “anunciado” y dado a conocer este asunto. Según Isabel el párroco dijo que “él había cumplido con su obligación” y que “su hija vivía en el pecado”. No obstante, Isabel insiste en que lo que más lamenta es que “todo esto haya salido a la luz pública y se haya extendido por todo el pueblo”, causando “más dolor” y haciendo sentir a su hija “vergüenza” por lo que hizo. Granados afirma que  “el párroco se ha equivocado a la hora de hacer público este hecho”.  Piensa que, tanto él como la cofradía, han obrado sin tener en cuenta los sentimientos y las repercusiones que este asunto pueda tener en la joven. Además se lamenta que desde que ocurrió todo esto ningún miembro de la cofradía se haya interesado en saber cómo está su hija. Isabel Granados se considera en la obligación de defender “la dignidad” de su hija y le parece totalmente injusto que se sienta “señalada o humillada” por todo lo ocurrido.

Por parte, el párroco, Francisco Aurioles, afirma que él ha cumplido con los preceptos de la Iglesia católica. En  este sentido, el párroco ha dicho el catecismo es meridianamente claro y dice que “la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción, desde el primer momento de su existencia”. Según ha manifestado el párroco la Iglesia desde el siglo I siempre ha denunciado “la maldad moral del aborto”. Una enseñanza que no ha cambiado a día de hoy. Asimismo en  el catecismo consta que el aborto directo, querido como un fin o como un medio,  se considera un acto grave  contra la ley moral de la Iglesia, haciendo constar que “no matarás al embrión mediante el aborto y no darás  muerte al recién nacido…” De hecho, Aurioles apostilla que “la Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana y contra el ser no nacido”.

Al contrario de lo que dice Isabel, el párroco sí asegura que expresó a la madre y a la chica la Iglesia es misericordiosa y que ofrece el perdón cuando hay arrepentimiento mediante el sacramento de la confesión.  En relación al hecho de que se  dirigiese a la cofradía y no a la familia de la afectada, el párroco ha dicho que él tiene la obligación, como consiliario de dirigirse a la cofradía. Además considera que obró con prudencia y sin precipitación. Según el párroco las normas de la Iglesia están claras, y lo que no se puede “es tomar de la Iglesia sólo lo que me interesa, y hacer una religión a la carta” Finalmente Francisco Aurioles ha aprovechado para manifestar que las cofradías de Rute necesitan regular su situación. Considera que se debería crear una agrupación de cofradías o consejo general de Hermandades con objeto de regular y dejar claro cuáles son mandamientos de la Iglesia y con cuáles deben cumplir todos aquellos que quieran ser cofrades, pregoneros o participar en alguno de estos actos.

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