Un bombero de Rute ha estado participando en labores humanitarias en el último terremoto de Chile

David Écija, junto a su perro en la labor de rescate

David Écija, junto a su perro en la labor de rescate

Recientemente, un terremoto asolaba la zona del centro y sur de Chile. Como en cada catástrofe, se activa la ayuda internacional y son muchos los operativos que se ponen en marcha para ayudar al país afectado. ONG’s de todo tipo se movilizan para salvar en principio el mayor número de vidas y con el objetivo fundamental de reestablecer la normalidad de dicha zona en el menor tiempo posible. Se activan ayudas sanitarias, de tipo económico o de alimentación.

En esta ocasión en el lugar de la catástrofe estuvo una persona de Rute, David Écija Padilla, bombero de profesión y perteneciente desde hace años a Bomberos Unidos Sin Fronteras. Asegura que realiza su profesión por vocación y que, por tanto, salvar una vida “tiene el mismo valor, sea donde sea”. Esta organización lleva a cabo actuaciones de diversa índole. Van desde la localización de personas que han quedado vivas bajo los escombros a otro tipo de ayudas, como la potabilización de aguas, la retirada de escombros, o la formación de personal para poder actuar en situaciones similares.

En concreto, David Écija se trasladó hasta Chile el pasado 2 de marzo. Lo hizo formando parte de un contingente de primera intervención que cuenta con una unidad canina. El viaje estuvo coordinado por el personal de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. La agencia española desplazó a un total de 63 personas: 30 eran personal sanitario y el resto de los grupos de bomberos. Se enviaron un total de 12 unidades caninas.

Écija realizó su trabajo en la ciudad de La Concepción, en  un edificio de quince plantas que quedó totalmente demolido por el terremoto. Su labor fue detectar cuerpos con vida debajo de los escombros. Desafortunadamente, no encontraron personas vivas. Según David, esto “produce desilusión”, porque siempre espera poder salvar a alguien. Por tanto, una vez descartada la posibilidad de encontrar cuerpos con vida, la unidad se desactiva.

El terremoto que tuvo lugar en Chile el pasado 27 de febrero provocó más de 300 muertos y dejó a unas cuatrocientas mil personas afectadas. Además, hubo numerosas zonas con cortes de agua potable, alcantarillado y telefonía. Sin embargo, y pese a su gran magnitud, la impresión de David Écija al llegar fue menor que en otras ocasiones. Recuerda que el escenario encontrado en otros como el de Haití o el de Perú fue más impactante. Pese a ello, siempre resulta “desolador” ver edificios destruidos y constatar las muertes que se producen.

Deja un comentario