Las mujeres del centro de adultos de Rute reivindican su lado más creativo en la exposición “Así lo hacemos nosotras”

Una muestra de la  amplia gama de manualidades

Una muestra de la amplia gama de manualidades

Desde el pasado 12 de marzo se puede visitar en el Edificio de Usos Múltiples la exposición “Así lo hacemos nosotras”, organizada por el centro de adultos “Maestro Antonio Écija”. La muestra se encuadra en el ciclo “Mujeres en Marzo”, coordinado por la concejalía de la Mujer, en colaboración con el propio CEPER, la asociación de mujeres “Horizonte de Rute” y otras entidades locales. Después de dos años de pausa en iniciativas de estas características por parte del centro, se pensó que era necesario “implicar al alumnado y al profesorado en otro tipo de actividades”. Así lo reconoció la directora Josefa Martínez. El resultado es esta muestra, que abarca fotografía, pintura, restauración de muebles y una amplia gama de manualidades, todo realizado por mujeres. No son solamente el fruto de una afición, sino en ocasiones de una profesión o una necesidad. Algunas de las manualidades expuestas se han rescatado de útiles del hogar de generaciones anteriores.

También en este contexto se enmarcaba la gala celebrada el mismo viernes 12. En ella, diferentes mujeres de Rute exhibieron sus dotes en disciplinas como el baile, el taekwondo, el canto o la recitación. Según la directora, a pesar de que estos trabajos no forman parte del programa curricular, requieren tanto o más esfuerzo que el día a día de las clases. Martínez dejó claro que no desean “abarcar” un amplio campo de personas implicadas en actividades así, ya que se quiere dar más cabida a “los alumnos y lo que ellos tienen”. Por eso, y aunque han tenido poco tiempo para preparar la exposición, cree que “merece la pena verla”.

La inauguración contó con la presencia del inspector de Educación Luis Raya. El inspector se refirió a la peculiaridad de los CEPER. Se dan muchos casos de personas que, una vez ingresan en el centro, “no desean salir”. En este sentido, recordó que existe “una normativa” para dar paso a la entrada de nuevo alumnado. Sin embargo, no es menos cierto que la mayoría sólo abandonan las clases cuando por edad ven muy dificultado el proceso de aprendizaje. Según Raya, iniciativas como ésta son imprescindibles para cumplir otro de los grandes objetivos de los centros de adultos, como es convertirse en dinamizadores de la población.

Tras la inauguración de esta exposición, tuvo lugar la representación de la obra de teatro “La cenicienta que no quería comer perdices”, de Nunila López Salamero. Esta obra es el colofón del taller de teatro y coeducación, dirigido a escolares de primero y segundo de ESO. Encuadrado igualmente en el ciclo “Mujeres en marzo”, se ha desarrollado durante el último mes y medio a instancias de las concejalías de Juventud y Educación. Según la concejala Inmaculada Piedra, no aparece en la cartelería oficial, pero se decidió incorporarla a las actividades de este mes “por su componente de coeducación”.

De impartirlo se ha encargado la empresa Vigasa Sport. Según su máximo responsable, Víctor García, no se ha planteado tanto la cuestión de género como la violencia desde una perspectiva más general, incluyendo la que se da “de hijos a padres o entre los propios compañeros del colegio”. Para García, el teatro permite a estos menores “identificarse” con situaciones que, “lamentablemente”, forman parte de la realidad cotidiana.

Por su parte, el teniente de alcalde y concejal de Juventud, José Macías, remarcó lo fundamental que sigue siendo la educación en valores. Estamos en una sociedad “todavía machista” y la evolución “es lenta”. Aun así, Macías está convencido de que desde la administración se debe fomentar que todo el mundo se acostumbre a que la igualdad efectiva constituye “un derecho que debemos conseguir entre todos”. Para ello, considera clave que desde muy pequeños entiendan que debe haber “las mismas oportunidades” para hombres y para mujeres.

También entiende que el reconocimiento de esa igualdad conlleva “el de la diferencia”, pero sin perder de vista que se debe aspirar a unos mismos derechos y deberes. Sólo así se logrará terminar con discriminaciones como las del salario laboral o el reparto de las tareas domésticas y “muchas cuestiones” que aún hay pendientes.

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