El último fin de semana de abril desata en Rute el fervor por la Morenita

  • Aunque no ha habido romería en Andújar, la cofradía filial ruteña ha celebrado la tradicional misa de romeros y una solemne eucaristía conmemorativa

El párroco Carmelo Santana durante la solemne eucaristía

Por segundo año consecutivo, las Fiestas de Mayo en honor a la Virgen de la Cabeza quedan limitadas por la pandemia. Aunque no ha habido romería de Andújar en el último domingo de abril, la cofradía filial de Rute no ha suprimido la tradicional misa de romeros del viernes anterior. Además, una solemne eucaristía conmemorativa de la romería suplía el mismo domingo el tradicional acto de salir el lunes por la tarde a La Molina para recibir a los Hermanos de Andújar. Estuvo cantada por un grupo de devotos, mientras que el Coro de Romeros de La Morenita cantó la misa del viernes.

La homilía del párroco Carmelo Santana en esa misa de romeros se convirtió en una oda a los peregrinos que históricamente han ido desde Rute a Andújar. El sacerdote no escatimó ni siquiera a la hora de recurrir al verso para remarcar que, gracias a esa constancia, Rute ha estado presente siglo tras siglo en el Cerro del Cabezo a través de la Morenita. Este año no ha habido tal peregrinación de manera presencial, pero los devotos de nuestro pueblo han estado “de corazón” en Sierra Morena.

Sus palabras tendrían continuación en la eucaristía del domingo, donde volvió a referirse a la Morenita con idéntico epíteto, “la derramadora de las gracias divinas”. Antes, José Borrego, hermano mayor junto a su esposa, se refirió a la no celebración de la romería de Andújar. Sin embargo, como había ocurrido apenas dos horas antes en la localidad jienense, se ha querido tener presente lo que se siente en estas fechas “para disfrutar más si cabe con la Morenita en el corazón”. Siguiendo esa línea discursiva, el sacerdote confirmó que este día nos hace “más hermanos”. Cada año son cientos de miles las personas que saben que tienen una cita con la Virgen de la Cabeza.

Carmelo Santana evocó a aquellos caleros que tejieron con la Virgen de la Cabeza una unión “que no se puede separar”, porque es “la esencia de un pueblo mariano”. A continuación, destacó el carácter simbólico del monte, como lugar de elevación. Repasó las referencias en las Sagradas Escrituras, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, pero también en poemas de autores como Cervantes. Es el monte que une Rute y Andújar, se llame Hacho o Cerro del Cabezo: dos pueblos, dos montes, una misma devoción. En ambos casos es una forma metafórica de ascensión hasta la Virgen.

Como había ocurrido en la presentación del cartel anunciador de las Fiestas de Mayo, la eucaristía terminó con la interpretación de los himnos a la Morenita. Así debería haber concluido también el lunes el camino que desde el otro lado de la Historia llega por La Molina a un sentimiento común. Sin olor a gayomba y sin riada humana en la calle, con un aforo limitado en San Francisco, la charanga “Silosé Novengo” recreó los cantos que rezan un fervor con el que no ha podido ni siquiera la pandemia.

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