Se inaugura  el monumento “Rosas olvidadas en el tiempo”, coincidiendo con el día internacional contra el franquismo

Monumento situado en el Cerro de San Cristóbal (Pincha aquí para ir a la galería de imágenes)

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La noche del 18 de julio de 2006 quedará para el recuerdo de los familiares de personas desaparecidas durante la contienda civil y la posguerra. Así, coincidiendo con la celebración del día internacional de condena al franquismo, se llevó a cabo un acto memorable donde se honró  a las víctimas de la Guerra Civil, inaugurándose en el cerro de San Cristóbal el monumento “Rosas olvidadas en el tiempo”, del escultor malagueño José Cano Mancilla. Un monumento cargado de simbología en el que el autor ha intentado, con un rosal tallado de hierro, que las rosas representen las vidas que quedaron truncadas por el conflicto fratricida.

Todo comenzó cuando un grupo de personas movidas por sus propias inquietudes o  por las experiencias familiares  que se habían vivido en sus casas decidieron iniciar una recuperación de esa parte de la historia que hasta ese momento había permanecido silenciada. Así lo  puso de manifiesto la concejala de Cultura, Magdalena Baena, que admite que la presentación del libro “Desaparecidos, la represión franquista en Rute”, del historiador Arcángel Bedmar, a finales de 2004, fue el impulso definitivo para una serie de iniciativas que posteriormente se han llevado a cabo en el  municipio. De hecho, Baena,  aseguró que Arcángel se atrevió a contar en su libro “cosas que habían permanecido en el olvido por miedo”, siendo capaz de sacar a la luz una parte de nuestra historia que es justo conocer.  Ese mismo año, en el acto institucional del día de la Constitución, se homenajeó a las víctimas de la represión franquista con la inauguración  una placa conmemorativa con un texto de Manuel Azaña, que se ha colocado junto al monumento recién inaugurado. Posteriormente se  solicitaron una serie de subvenciones que han permitido culminar el proyecto.

En el marco adecuado y con un ambiente tormentoso, pese a la fecha, este 18 de julio se convirtió en un día especial, emotivo y de recuerdo: la música, la aparición de la lluvia y el lugar elegido contribuyeron a ello. El sitio, junto a las puertas del cementerio,  como bien recordó Miguel Aceituno Rodríguez, nieto del último alcalde democrático antes del golpe militar, Leoncio Rodríguez, fue una zona donde fueron fusilados algunos de los desaparecidos. Miguel Aceituno subrayó la importancia de este tipo de homenajes, ya que en Rute hubo muchas víctimas, más de las que se dicen. En el acto recordó que aún hay “29 personas desaparecidas que se desconocen donde están”. Aceituno siempre ha defendido que se conozca lo que sucedió, aunque nunca con afán de revancha. En su intervención, aprovechó para pedir al Gobierno que apueste por “todo tipo de iniciativas tendentes a dignificar la memoria de los desaparecidos y a identificar a los verdugos”. Otra de las personas que intervino fue Arcángel Bedmar y tras el acto dijo que, en ocasiones, “se buscan excusas fáciles para justificar cosas que van en contra de la democracia y la libertad”, unas palabras realizadas en relación a la República, dado que el historiador considera que como cualquier otro sistema es “un deber democrático” conocer lo que pasó en esa etapa.

Uno de los momentos más emotivos de la noche se produjo cuando Alberto Cano, hijo del escultor, leyó un poema de su padre alusivo al monumento. Además, al acto asistieron familiares, numerosos ruteños, y miembros del equipo de Gobierno de Izquierda Unida y del partido socialista. El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Rute, Antonio Ruiz, indicó que es “justo” rendir un tributo  a unas personas que perdieron su vida en Rute, “unas luchando por la libertad y otras sin motivo ni razón alguna”.

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