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Al cabo de dos años de pandemia, recuperan su ser y su programa completo estas Fiestas de Mayo centradas en las aldeas de Las Piedras y Palomares
El ciclo de las Fiestas de Mayo en Rute se ha completado en las aldeas. Tras las de la Vera Cruz y la Virgen de la Cabeza, durante el tercer fin de semana del mes el turno ha sido para San Isidro Labrador. Los núcleos rurales de Las Piedras, Palomares y el resto de diseminados de la zona también han recuperado la normalidad de esta celebración, después de dos años de pandemia. El calendario ha querido además que el tercer domingo de mayo coincidiera con la onomástica del patrón de estas pedanías. Ello, unido a un tiempo casi veraniego, ha contribuido a que concurran gente del casco urbano de Rute, de las demás aldeas e incluso de pueblos cercanos.
- A medio camino entre lo religioso, lo lúdico y las tradiciones populares, el programa de estos días ha retomado todos sus contenidos
A medio camino entre lo religioso, lo lúdico y las tradiciones populares, el programa de estos días ha retomado todos sus contenidos. Arrancó el jueves 12 con el triduo a San Isidro en la ermita de Palomares. A partir del viernes, se intercalaron los festejos. Por la tarde, se celebró el campeonato de dominó por parejas y a las diez de la noche, homenajeando la tradición de los trovos, tuvo lugar una velada de poetas, rematada con música en la caseta. El siguiente torneo llegaría el sábado, el autóctono “subastao”. Poco después se abrió la mesa de regalos en la Escuela de Adultos. La noche concluiría en la caseta, con música en vivo a cargo del grupo Diamond.
Estas jornadas servirían de antesala a la central del domingo. Como es habitual, arrancó con la romería matinal, que llevó a San Isidro en un carro tirado por bueyes hasta la Fuente de la Higuera (Los Pérez). Allí la cofradía ofreció a los asistentes el típico desayuno molinero. Durante todo el recorrido, a cuyo cortejo se sumaron varias carrozas, acompañó el Coro de Romeros “La Morenita”, que también participó en la misa oficiada en la ermita tras la vuelta a Palomares.
A partir de la sobremesa, amenizada por el grupo Kiko y su Gente, se sucedió la paella popular de la cofradía y la subasta de los regalos de la mesa, antes de la procesión de la tarde. En este caso, el recorrido se centró en los alrededores de Las Piedras y Palomares. Por otra parte, a diferencia de la mañana, el acompañamiento corrió a cargo de la Agrupación Musical SPQR Los Romanos, de la vecina localidad de Iznájar. Con la vuelta de San Isidro a su ermita y los fuegos artificiales se puso fin a la jornada y a unas fiestas que, tres años después, se han podido vivir de nuevo con toda su intensidad.