Las tormentas primaverales deslucen las fiestas en honor a San Isidro

En las dos salidas procesionales del patrón hubo  que recortar el recorrido por la amenaza de  lluvia

En las dos salidas procesionales del patrón hubo que recortar el recorrido por la amenaza de lluvia

Las Fiestas de Mayo en Rute han estado marcadas por la meteorología en su principio y en su final. Sólo las de la Virgen de la Cabeza han gozado de un tiempo excelente, casi veraniego. A principios de mes, la lluvia deslucía o incluso hacía que se suprimieran algunos de los actos previstos en las Fiestas de la Vera Cruz. En la tercera semana ha irrumpido de nuevo en la romería de San Isidro. No ha llegado a impedir la procesión del patrón de Las Piedras y Palomares, pero sí ha influido de manera notable en el desarrollo de las fiestas en su honor. De entrada, es una celebración a la que se suma muchísima gente del casco urbano de Rute. Algunos incluso acampan, como si de un San Marcos se tratase, en las inmediaciones de la ermita de Palomares. En esta ocasión, ni el frío, impropio de esta época del año, ni la amenaza permanente de lluvia invitaban a esta acampada. Tampoco se han animado como otras veces las numerosas carretas que acompañan y dan colorido al cortejo.

Al menos, el momento central de estas fiestas, la doble salida procesional de San Isidro, sí llegó a celebrarse. Sin embargo, ambos recorridos se vieron recortados por culpa del agua. Por la mañana, la imagen se adentra en el resto de diseminados de la zona, como Los Pérez y Los Villares. Esta vez las nubes “aconsejaron” que la procesión se quedara en la pista polideportiva que hay frente a Las Piedras. Allí, lugar de muchas actividades encuadradas en estas fiestas, permaneció hasta media mañana. A continuación, regresó a la ermita para la misa de romeros, a la espera de que la lluvia no volviera a truncar la procesión de por la tarde. Pero sí lo hizo. A las siete y media, tan pronto asomaba el sol como las nubes dejaban caer algunas gotas. No fueron suficientes para impedir la salida, aunque sí lo bastante amenazantes como para apresurar la vuelta.

Pese a estar también condicionadas por estas tormentas primaverales, la mayoría de las actividades que completan estas fiestas se han podido llevar a cabo. A mediodía del domingo, se organizó la habitual paella. Eso sí, con menos afluencia de gente. Tras la comida, llegaron las típicas carreras de sacos y bicicletas, y las cucañas. Junto a otras convocatorias, como el concurso de bebedores de gazpacho o el campeonato de subastao, dan ese toque popular y festivo a la propia celebración religiosa. Son parte de las tradiciones populares de Rute y sus aldeas, que año tras año gozan de la preferencia del público. Incluso cuando la lluvia parece empeñada en impedirlo.

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