El 7 de enero Pedro Sánchez recibió la confianza mayoritaria del Congreso de los diputados para una coalición de gobierno progresista, poniendo fin a meses de bloqueo.
Se abre un tiempo nuevo en política donde el diálogo será la base para construir una España de progreso, por primera vez en nuestra joven democracia la izquierda se ha unido y ha evitado que España sea gobernada por una derecha insolidaria que ha asumido sin contemplaciones los postulados de la ultraderecha más radical que hemos conocido desde la etapa de la dictadura.
La oposición en la cámara compuesta por PP, Vox y un Ciudadanos reducido, junto con la prensa más reaccionaria, no se lo van a poner nada de fácil al gobierno, no piensan darle ni 100 días de cortesía, ni diez, ni siquiera un cuarto de hora y anuncian todo tipo de catástrofes y calamidades, incluido la de que España se rompe, pero esto solo refleja un comportamiento inalterable que se produce cada vez que gobierna la izquierda y es que la derecha piensa que España les pertenece y cuando los resultados electorales le son adversos se comportan como si se la hubieran robado.
Son muchos los retos y desafíos a los que se enfrentan el nuevo gobierno, celebrado el primer Consejo de ministros, vemos que España no se hunde, que en el se aprueban medidas tan importantes como la subida de las pensiones, la subida del sueldo de funcionarios públicos, la emergencia climática y por primera vez en mucho tiempo, algo que parecía imposible, se dialoga con los sindicatos y la patronal, para la subida del salario mínimo interprofesional a 950 euros que confirma la apuesta social del equipo de Pedro Sánchez, La precariedad no puede sostenerse como modelo económico para España. Los trabajadores tienen que recuperar parte del poder adquisitivo devastado por las políticas de ajuste durante la crisis, no solo porque la tarea del Gobierno consiste en mejorar las condiciones de la mayoría social sino porque una retribución baja acaba por deteriorar el consumo, es decir, a largo plazo opera en contra de los intereses empresariales. y lo más importante al día de hoy España no se ha roto.
Desde mi punto de vista se abre un periodo ilusionante donde el gobierno se enfrenta como hemos dicho a unos retos muy importantes en primer lugar al Cambio Climático que está cambiando nuestros paisajes, nuestro clima, nuestras costumbres y que produce muertes todos los días, la Despoblación existente en la España de interior, la transformación digital etc,. Pero si hay un desafío importante para este gobierno es la protección del Estado de Bienestar, muy atacado en los tiempos de gobierno de la derecha, es fundamental una apuesta firme y decidida por la Educación Pública muy deteriorada en las comunidades en las que gobierna la derecha donde en algunas se destina más dinero a la enseñanza privada que a la pública y algo fundamental también, es impedir que la educación pública se convierta en un campo de batalla ideológica y politica, el ejemplo de esto lo estamos viendo en la implantación del Veto Parental en la comunidad de Murcia, con el apoyo y respaldo del Partido Popular, esta pretensión atenta contra el derecho de los menores a una educación que les permite desarrollarse como personas libres y forjarse un criterio propio. La libertad de los padres para decidir la orientación moral o religiosa de la educación de sus hijos recogida en la Constitución no ampara que puedan censurar o eludir contenidos educativos reglados para todos los alumnos.
El veto parental atenta también contra la autonomía de los centros para decidir los contenidos que mejor complementan el currículum.
Una decidida por la Sanidad Pública, por nuestro sistema de pensiones, trabajando para que sean sostenibles, mejorar y hacer más eficaz la Ley de Dependencia y por su puesto trabajar para que España siga siendo referente de derechos civiles y fundamentales, en fin una larga tarea para seguir mejorando la vida de toda la ciudadanía
Habrá que dar tiempo a este gobierno para que desarrolle sus propuestas y programa
¡DESTACAMOS!
