La crisis y la falta de empleo hacen que el número de inmigrantes en Rute disminuya

La presencia de población foránea en nuestras calles es menos habitual que otros años

La presencia de población foránea en nuestras calles es menos habitual que otros años

La campaña de la aceituna ya ha comenzado en la provincia y son muchos los inmigrantes que buscan un tajo para poder trabajar. Este año se va a necesitar menos mano de obra extranjera, ya que las altas cifras de desempleo han llevado a muchos trabajadores de la construcción a buscar un salario en el campo. En Rute también se ha notado el descenso de población foránea. Se advierte en las calles, con una presencia sensiblemente menor. Pero también en los datos que maneja la Oficina Municipal de Inmigración. Según su responsable, Cristina Rodríguez, esos datos son “proporcionales” a la cantidad real. Pero las cifras son lo bastante esclarecedoras. Actualmente, el municipio cuenta con 610 personas no españolas empadronadas. De ellas, hasta la fecha han pasado por la oficina 239 en el presente año.

Rodríguez matiza que se trata de gente “en edad de trabajar” que ha ido a realizar “cualquier tipo de consulta”. Es decir, hay personas que, solventado su papeleo, no han de pasarse por allí para ningún trámite, pero están regularmente en el pueblo. En cualquier caso, esa cifra contrasta con la de años anteriores. Ya en 2008 se atisbó lo que estaba por venir y el número de extranjeros que recurrió a este servicio fue 265.

Más lejos aún quedan los datos de 2007, que sí se corresponden con la tendencia de la última década. Entonces realizaron al menos una consulta en la oficina 322 personas inmigrantes. De ahí hacia atrás, las cifras son “muy similares”. Es más: en ese año 2007 la oficina contaba con una bolsa de trabajo, a través de la cual alrededor de quince empresarios de Rute acudían buscando mano de obra. Sin embargo, este año “no ha venido ninguno”. Incluso se les ha llamado y todos tenían ya trabajadores, “la mayoría de Rute y otros muchos que de año en año hablan directamente con el empresario”.

Para la responsable de la oficina, este descenso generalizado respecto a campañas anteriores confirma que el verdadero efecto llamada “es el trabajo”. Sí puede haber gente que venga unos días “y si no encuentran nada se vayan a otros pueblos”. La estancia de quienes encuentran algo dependerá “de lo que dure la campaña”. Lo que está claro es que quien se queda es porque tiene trabajo o muchas opciones de hallarlo.

Hasta podría hablarse de un efecto llamada “a la inversa”. Mediante el boca a boca, se advierten entre ellos para no venir a Rute porque no hay trabajo. Con todo, la técnico cree que todavía seguirán viniendo algunos porque hay empresarios que la campaña no esté plenamente en marcha no buscan o se ven en la necesidad de contratar a más gente, “y ellos no pierden la esperanza”.

Junto a estos datos, Rodríguez resalta otras valoraciones como la temporalidad y la movilidad por toda la provincia. Así, hay personas de distintas nacionalidades “que llevan bastante tiempo en Rute”. Antes tenían un trabajo más fijo, “que a lo mejor no era en la agricultura”, y ahora han vuelto a la temporalidad. Trabajan de nuevo en la agricultura, y aunque tengan su domicilio fijo en nuestro pueblo alternan las aceitunas en Rute “o en la campaña de las uvas o la fruta en Murcia”.

Por último, se han acrecentado otros problemas como el de la vivienda, ya que no hay un empresario detrás que con el puesto de trabajo ofrezca alojamiento y sus recursos económicos para un alquiler son menores. Esto ha dado lugar a asentamientos temporales “mientras buscan una vivienda o un trabajo”.

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