La cofradía de La Borriquita organiza un desfile de moda otoño-invierno

Todo el desfile fue exclusivamente de moda infantil

Todo el desfile fue exclusivamente de moda infantil

El salón principal del hotel El Mirador de Rute se llenó en la noche del 25 de septiembre para asistir a la gala “Un sueño, una Estrella”. Con este nombre, la cofradía de La Borriquita había organizado una pasarela de moda otoño-invierno. La noche se completaba con las actuaciones de la Escuela de baile flamenco y de salón de Sebastián Leal, y la Escuela de ballet clásico y contemporáneo de María del Mar Somé. Ambos cuadros intercalaron parte de su repertorio entre los desfiles. La ropa que lucieron los modelos, todos niños y niñas de Rute, había sido aportada por las tiendas de Ragazza y Cribaggi. A ambas se sumaron los diseños de María Lopera y sus colaboradoras Dolores Molina y Soledad Baena.

Según explicó el presidente Miguel Ángel Borrego, son tres personas “muy allegadas a la cofradía”. La colaboración de estas firmas se extendió al sorteo de artículos entre las entradas vendidas esa noche. Por su parte, la cofradía regaló una cena para dos personas en el hotel. En total, se vendieron cerca de quinientas entradas. La asistencia, en cambio, se elevó a 650 personas, incluyendo los niños y la gente del baile.

Este proyecto se gestó hace algún tiempo y los preparativos han durado más de un mes. La idea de sumar las actuaciones a los desfiles vino porque algunas integrantes de la cofradía forman parte de los grupos de baile. Tal como indicaba su nombre, la finalidad de la gala era seguir recaudando fondos para poder procesionar en un futuro la imagen de la Virgen de la Estrella.

Para ello querían hacer “algo nuevo”. Así lo matizó la tesorera Verónica Ronda, quien ha advertido que aún falta “mucho tiempo y dinero” para hacer realidad ese deseo. Es el gran reto de la cofradía, pero el presidente ha puntualizado que querían hacerlo “bien desde un principio”. Ahí necesitan “la colaboración del pueblo de Rute”, no sólo económica “sino de apoyo y de ánimo”. A la vista de los resultados de esta gala, el presidente está “muy satisfecho de la respuesta”.

Las entradas que se pusieron a la venta tenían un precio de tres euros. Sin embargo, para los menores de diez años era gratis. En este sentido, Borrego se refirió a la tradicional juventud de los miembros de la cofradía. Es, sin duda, una de sus señas de identidad. De ahí, por ejemplo, que no se cobrara la entrada a los más pequeños. Pese a ello, la tesorera cree que es un error que la gente los identifique solamente como “la cofradía de los niños” y se dé por hecho que no necesitan “tanta ayuda”.

El presidente ha precisado que más bien son “una cofradía de adultos hecha para los niños”. Piensa que se equivocarían si olvidaran esa premisa, pero sí está por la labor de que la junta “vaya madurando” y pueda trabajar más a largo plazo. Eso sí, siempre orientando ese trabajo “a que los niños disfruten”.

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