La asociación Artefacto recupera en Rute con “Nocturnia” la costumbre de contar historias de miedo en la noche de difuntos

 La puesta en escena combinó   relatos  con interpretación teatral

La puesta en escena combinó relatos con interpretación teatral

La idea partió de dos de los miembros más activos de la asociación, Antonio José Gómez e Isabel Delgado. En principio, tan sólo pensaban reunirse y rememorar relatos de terror. En definitiva, repetir algo que se hacía antiguamente en la noche de difuntos, cuando la televisión no existía y la radio y la luz eléctrica apenas habían echado a andar. El proyecto inicial se acabó convirtiendo en una suerte de puesta en escena que combinaba los relatos en sí con la interpretación teatral.

Antonio José está “seguro” de que a la gente le gusta pasar miedo. No sólo hay un punto en las personas en que “lo peligroso y lo prohibido gusta y llama la atención”. Es que además lo considera necesario, “igual que reír, porque son emociones que se tienen que exteriorizar”. Por paradójico que suene, Isabel aseguró que todo se había preparado con el propósito de que la gente “se lo pasara bien y se divirtiera”.

La respuesta del público de Rute confirmó su teoría. Temían encontrarse con el eco de un auditorio vacío, el del espacio en penumbra habilitado en los bajos del mercado. También en esto se han mostrado originales. Sin embargo, el mayor problema en este aspecto fue “poder ubicar a tanta gente”. Para Francisco David Ruiz, presidente de Artefacto, la clave puede ser que estén “un poco hartos del Don Juan Tenorio” y quieran emociones nuevas.

Por espacio de dos horas se leyeron textos de dos maestros del género, Gustavo Adolfo Bécquer y Edgar Allan Poe. Para ambientarlos, se mimaron los efectos sonoros y la música de fondo. También se proyectaron dos cortos “de muchísimo miedo”. Todo ello bajo un hilo conductor, la historia del señor del reino de Nocturnia, un guión pergeñado por Antonio José Gómez al que aportó su creatividad el resto del grupo.

RADIORUTE.COMAl terminar la función se abrió la veda para que quien quisiera contara esas historias que se pierden en la tradición oral. Tras bajar del escenario se reunieron con los asistentes al amparo de chocolate caliente y dulces. Que al fin y al cabo los duelos con pan son menos.

Deja un comentario