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Para no solaparse con las Fiestas Patronales del casco urbano, al menos en la procesión de la Virgen, en la pedanía ruteña las fiestas se ubican en el tercer fin de semana de agosto
Apenas unos días después de las Fiestas Patronales de Rute, la aldea de Llanos de Don Juan ha celebrado sus propias Fiestas Carmelitanas. Como si de una hermandad filial se tratara, la cofradía llanense, al igual que la de Zambra, se engloba dentro de la real archicofradía ruteña. En el caso de Los Llanos, e su origen, las fiestas suponían la antesala del comienzo de la cosecha agrícola. En un principio, la procesión de la Virgen del Carmen salía aquí el 16 de agosto, un día después que la Patrona de Rute. Desde hace unos años, en cambio, las fiestas se ubican en el tercer fin de semana del mes y la Virgen sale el sábado. En caso de que coincidiera con el día 15, se pospondría al domingo. El resto de actos sí pueden convivir con los del casco urbano.
- Se trata de unas fiestas muy participativas, que combinan lo religioso y lo lúdico, y que sirven para estrechar lazos entre los vecinos de la aldea
Como detallaron el vicesecretario de la cofradía, Tomás Mena, y el alcalde pedáneo, Iván Pérez, el programa combina lo religioso con lo lúdico y festivo. A modo de preámbulo, el fin de semana anterior se había disputado el Trofeo del Llanense, muy vinculado desde su creación a estas fiestas. Después, los actos se sucederían del jueves 17 al domingo 20. El primer día hubo un pasacalle carnavalesco, que dio paso al grupo León Animación para los más pequeños en la Caseta Municipal. Este recinto ha alternado con la Caseta Joven los eventos no religiosos, en las instalaciones del Colegio Público Rural Blas Infante. No obstante, se está en conversaciones con un particular para retomar el recinto antiguo, más amplio para dar cobertura a todo el programa.
De nuevo el viernes la jornada tuvo dos tramos. El primero estuvo más centrado en la Virgen, con la ofrenda de flores, el pregón y la coronación. Como novedad, ambos actos tuvieron lugar a las puertas de la ermita, en el exterior, para disponer de más espacio. La pregonera de esta edición ha sido Araceli Servián. Por su parte, la reina ha sido Lucía del Carmen García, que ha contado con Araceli Luna y Virginia Redondo como damas de honor Siempre se busca que estos cargos recaigan en personas de la aldea o muy vinculadas a Los Llanos. Tras el pregón y la coronación, la animación continuó en la Caseta Municipal, con la Orquesta Stylo y Jesús Reyes.
Después de estas dos jornadas creando ambiente festivo, el día central fue, como siempre, el sábado. La mañana comenzó con un desayuno molinero, al que sucedieron actividades de animación infantil. Entre ellas, estuvieron las populares carreras de bicicletas lentas y sacos. Como había ocurrido dos días antes con el torneo de “subastao”, son tradiciones que se están perdiendo y que se conservan gracias a las aldeas. Pero sin duda, el momento central de la jornada y por extensión de las fiestas fue la procesión de la Virgen del Carmen, cuando ya caía la tarde.
La imagen recorrió prácticamente todos los rincones de la aldea, con un cortejo que contó con la reina y sus damas, las autoridades y en especial la presencia del público, que un año más se volcó. Con el acompañamiento de la Banda de Música La Estrella, de Córdoba, la noche deparó de nuevo momentos entrañables, como la salida y la entrada de vuelta a la ermita, o las petaladas que los vecinos ofrecen desde sus balcones y terrazas. Terminada la procesión, la fiesta continuaría en la caseta, en este caso otra vez con Stylo y con actuación estelar del monologuista Christian García.
El fin de fiesta llegaría el domingo, primero con una misa rociera y después con la llamada “feria del mediodía”. Allí se ofreció una paella popular, amenizada con el grupo ruteño Los Cuatro Caños. A su vez, sirvió para dar continuidad a la jornada hasta la subasta de regalos, que tuvo lugar entrada ya la tarde. De esta forma, se echó el cierre a unas fiestas muy participativas que tradicionalmente han servido como punto de encuentro para estrechar lazos entre los vecinos de la aldea y, pese al calor de estos días, dar la bienvenida a la inminente época de cosecha.
