José Jurado apela a seguir el modelo de fraternidad e integración que representa la Virgen del Carmen

  • Su pregón fue el momento central de las Fiestas Patronales, ante la ausencia por segundo año de coronación y procesión el 15 de agosto por la pandemia


Galería Pregón y regreso  Virgen del Carmen 2021

Por segundo año, Rute no ha podido vivir unas Fiestas Patronales al uso. La pandemia ha vuelto a impedir su momento estelar, la salida en procesión de la Virgen del Carmen en la noche del 15 de agosto. También se ha cancelado la coronación de la reina y la imposición de bandas a sus damas de honor. Entre los actos que han podido recuperarse, se esperaba con expectación el pregón de José Jurado. Tuvo lugar el 14 por la noche, con un aforo limitado en Santa Catalina. La parroquia ha acogido la novena en honor a la Patrona y aguardó la comitiva que, partiendo del Paseo Francisco Salto y “escoltada” por la Banda Municipal, había culminado la ofrenda de nardos.

La presidenta de la archicofradía, Ana Burguillos, introdujo a la presentadora del pregonero, Carmen Arcos. Ésta esbozó una semblanza de su amigo, con una infancia marcada por la pobreza de unos tiempos difíciles, que le obligaron a emigrar y hasta tarde le imposibilitaron estudiar. Jurado no cejaría en su empeño de aprender, aunque en ocasiones tuviera que ser de modo autodidacta. Compaginando su formación con el trabajo y su labor de sindicalista, este ruteño afincado en Elche fue adentrándose en su faceta de escritor o incluso en el mundo del cine. La distancia no lo alejó de sus raíces, al contrario. Tiene casa en Rute, adonde vuelve cada vez con más frecuencia. Arcos confesó que admira “su capacidad de adaptación y su entusiasmo en cada proyecto”.

Sin olvidar la gratitud posterior a su presentadora, el pregonero comenzó dando gracias a la Virgen, por darle esperanza para su regreso. No en vano, asegura que para un ruteño la Virgen del Carmen está siempre presente en el reencuentro. Es consciente de que llevamos un largo año difícil, donde “el sacrificio y el dolor” nos han hecho más fuertes. Confía en que hayamos aprendido que para superar las adversidades “hay que estar más unidos”, pero no se puede olvidar a quienes ya no están por culpa de la pandemia. Su silencio y su aplauso resumieron de forma estremecedora el homenaje a esos ausentes.

Su pregón tuvo como ejes la pandemia y sus consecuencias, su infancia en Rute y su marcha posterior, cargada de vivencias y recuerdos, y la veneración por la Virgen del Carmen, con los valores que ello implica. En aquella infancia y sus años de monaguillo, estuvo también muy cerca del Nazareno, imagen que simboliza como pocas “la fuerza del arte al servicio de la fe”. Después vendría la marcha entre lágrimas, la esperanza de volver, el regreso que nunca fue definitivo “a unas raíces que no morirán mientras estemos vivos”, y un presente, “gracias a la archicofradía”, de nuevo en Rute, “desenterrando recuerdos”. Al cabo de los años, no le queda aquí mucha familia, pero sí amigos, los que conserva de la etapa del Club Juvenil. Ahora todos ellos “se convierten en familia por el amor de la amistad”.

Y cómo no, José Jurado habló, mucho, de la Virgen, como primera mujer que refleja los valores femeninos, a través de los cuales reivindica la igualdad. Desde las referencias bíblicas hasta la advocación del Monte Carmelo, estamos ante una devoción a la que es patrona de muchos pueblos, en especial aquellos vinculados al mar. En Rute, es “una seña de identidad, un canto reconocible en cualquier parte”. A la hora de referirse a Ella, quiso hacerlo “en su grandeza celestial”, pero sintió que le resultaba “lejano”. Sólo al recibir la felicitación navideña de la archicofradía, con la Virgen con un sencillo hábito carmelita, comprendió que debía centrarse en “la humanidad de María”.

Logró así hilvanar y articular el sentido de su discurso. Porque cree que vivimos “el siglo de la deshumanización y no somos capaces de entrar en el corazón de los demás”. Lamenta que la figura de María aparezca poco en los Evangelios. Cree que debería mencionarse más, “para que no se note que fueron escritos por hombres”. Sin embargo, cuando aparece aporta una nota de humanidad “desde la alegría”. Está convencido de que la fiesta es “algo humano, que nos iguala compartiendo lo que se tiene”.

Justo ése fue el eje central de la parte espiritual de su pregón, la que lo lleva a los conceptos de “fraternidad e integración”, con María como modelo. Son esas dos palabras las que deben permanecer tras la euforia evanescente de los cohetes. No fue desde luego el suyo un pregón grandilocuente ni de tono exaltado; pero sí sincero, cargado de valores, los necesarios para dejar en la memoria esa reflexión posterior. Con esa doble idea se despidió, para volver a Elche recordando Rute, como echa de menos la ciudad ilicitana cuando está en su pueblo natal. También eso es integración, saber que ha echado raíces en dos lugares tan lejanos pero que a la vez lleva tan dentro.

Concierto y regreso

Con este pregón, incluyendo la entrega de una placa de recuerdo al pregonero y su presentadora, terminó la noche del 14 de agosto. No tuvo el habitual colofón del Paseo Francisco Salto, donde se suele celebrar la coronación de la reina y la imposición de bandas a sus damas de honor. Ni siquiera hubo fuegos artificiales. En este caso, no ha sido por la pandemia sino porque la Junta lo pidió mediante decreto, ante la ola de calor. Tampoco hubo procesión en la noche del 15 de agosto. Se sabía que, de haberla, no habría sido al uso. Pero las restricciones sanitarias llevaron a la archicofradía a buscar una alternativa horaria que congregara menos público.

En su lugar, a la hora tradicional de la salida procesional, la Banda Municipal ofreció, como el año pasado, un concierto en su honor ante las puertas de Santa Catalina. El repertorio incluyó los himnos clásicos de la Virgen, así como las piezas compuestas con motivo de su Coronación Canónica. Al día siguiente, a las siete de la mañana, la Patrona emprendía el regreso a su santuario de la calle Toledo. Fue en un rosario de la aurora, discreto y un recorrido corto, apenas la calle Constitución y la que lleva a su ermita. No obstante, y pese a la hora, decenas de devotos se sumaron al cortejo y a los Hermanos de la Aurora, que de nuevo acompañaron a la Virgen con sus sones.

Deja un comentario