El Geoparque como motor de desarrollo.

Estimado lector, hasta ahora hemos tratado desde diversas perspectivas sobre nuestro patrimonio natural y paisajístico, sin embargo, nunca hemos profundizado en el Geoparque de las Sierras Subbéticas. El geoparque es un concepto introducido por la UNESCO en el año 1999 y aunque lo parezca no es una figura de protección, sino que promueve la educación, el desarrollo y en cierto grado el turismo. Para muchos municipios este reconocimiento supone un auténtico aliciente, sin embargo, en Rute es prácticamente desconocido, desaprovechando así esta magnífica oportunidad.
El territorio que hoy día ocupa el Parque Natural de las Sierras Subbéticas cuenta con una dilatada historia y un abultado número de reconocimientos. En primer lugar, hacia el año 1927 es declarado como “Sitio de Interés Natural”, durante el XIV Congreso Internacional de Geología. Dos años más tarde el Picacho de Cabra, uno de los espacios componentes del mencionado sitio, es reconocido como “Paraje de Interés Natural”. La declaración del conjunto como parque natural no llegaría hasta el año 1988, adquiriendo así el máximo grado de protección y reconocimiento por la administración pública. Por último, en el año 2006 la UNESCO reconoció como Geoparque al Parque Natural de Las Sierras Subbéticas, incluyéndolo dentro de la Red Europea de Geoparques. Este se extiende a lo largo de ocho municipios y cuenta con diversas instalaciones. En Cabra se localiza el Centro de Recepción de Visitantes “Santa Rita”, en Zuheros un Ecomuseo ligado a la Cueva de los Murciélagos, mientras que por las restantes localidades existen miradores y senderos.
Dentro del concepto actual de geoparque se entiende que la declaración no solo se encuentra ligada a las características geológicas del territorio, sino que lleva aparejada otra serie de conceptos, como una estrategia de desarrollo conjunto. En otras palabras, es un reconocimiento que supone un motor económico, un recurso a aprovechar. Ejemplo de ello son las vecinas localidades de Cabra y Zuheros que han añadido el geoparque como un recurso patrimonial más. En cambio, Rute, que se localiza en pleno geoparque, en sus mismas faldas, está desaprovechándolo. Si lo analizamos desde una perspectiva general es un auténtico sin sentido. Ciertamente algunos se escudarán en que contamos con senderos y miradores, la mayoría se encuentran descuidados y mal señalizados dentro de nuestra oferta turística. Rute como municipio turístico que es, no puede permitirse desatender sus obligaciones con el geoparque. Rute debe contar con un espacio que permita acoger a estos visitantes. El formato de este espacio puede ser variopinto, existen muchas posibilidades.
En conclusión, ya hemos hablado en muchas ocasiones, quizás demasiadas, de la necesidad de abrir nuestra oferta turística. Para nuestra suerte tenemos muchas posibilidades simplemente tenemos que aprovecharlas. El caso que hemos propuesto en este artículo es un ejemplo más. Esperemos que con el tiempo veamos una valorización más correcta de nuestro patrimonio natural.

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