Los escolares han disfrutado con un desayuno tradicional de bollos, magdalenas y chocolate calentito
Desde hace unos años la campaña de Navidad tiene en Rute un acto de clausura al menos oficioso. Llega a mediados de enero, cuando Galleros Artesanos destruye su propio Belén de chocolate, el más grande de España. Es un final “esperado, pero muy triste”, en palabras de Ramón Garrido. No deja de ser, en efecto, “una lástima” destruir un trabajo que, sólo en la realización del Belén, abarca de mayo a septiembre. La razón de poner siempre este punto final es que, tras los meses de campaña, en que está expuesto todos los días, el chocolate está “completamente seco y con polvo”. Como si de los ninots de las fallas de Valencia se tratara, predestinados de antemano a ser destruidos, es algo que “duele”, pero no queda, pues, otro remedio. Eso sí, para que este colofón a la campaña no tenga ese sabor agridulce, Galleros organiza una chocolatada entre los escolares de Rute. En ella degustan los bollos y magdalenas marca de la casa y de un chocolate calentito, a punto, éste sí, para ser saboreado.
Al no estar protegido durante los meses de campaña, el chocolate ni siquiera se puede fundir y ser reutilizado. Directamente, se tira. Según Ramón Garrido, si se fundiera, se mezclaría el blanco y el negro, junto al que está coloreado, y saldría “un color raro”. Lo que sí se guardan son algunas muestras de ediciones anteriores, “pero después de un año apenas aguantan”. También a los escolares se les ha regalado una casita de recuerdo.
Por tanto, a partir de ahora, toca “volver a empezar” para el Belén del año que viene. De momento, la idea “ya está pensada”, aunque aún no se ha ejecutado nada. Tan sólo se están realizando bocetos. Pero con frecuencia de esos bocetos originales, conforme se van desarrollando, el resultado final difiere muchísimo. De hecho, Ramón guarda dibujos de otros años y en algunos casos cuando mira la fecha comprueba que no tiene “nada que ver con lo que luego se hizo”.
