La necrópolis encontrada nos permite saber que la zona debió ser ocupada desde la prehistoria
Durante los trabajos del proyecto de construcción y mejora de la carretera de Rute a Encinas Reales (N-344) han salido a la luz una serie de estructuras. Pertenecen a un asentamiento medieval islámico. El hallazgo ha sido posible gracias al control arqueológico de movimiento de tierras llevado a cabo por la empresa Arqueoterra SLL. La dirección corre a cargo de José Ramón Navas Losada.
Pese a que el yacimiento se encuentra muy arrasado por el continuo laboreo de las tierras, ocupadas en nuestros días por un extenso olivar, se han conservado las cimentaciones de los muros de numerosas estructuras. Estas piezas articulan espacios pertenecientes a viviendas de la época califal-almohade. Los trabajos de excavación y limpieza acaban de comenzar y se prolongarán hasta el mes de octubre. Por tanto, no se descarta que las cronologías puedan variar a medida que avance el proceso de investigación de campo.
De momento, según los arqueólogos, la cerámica recogida, aunque muy fragmentada, es suficiente para afirmar que la zona debió ser ocupada “desde la prehistoria, pasando por la época romana, emiral, califal y almohade”. El yacimiento se extiende a lo largo de casi un kilómetro. Sin embargo, la mayor parte de las estructuras documentadas se encuentran en una zona de la carretera donde no habrá afección.
Por este motivo, sólo serán documentadas parcialmente, y posteriormente enterradas bajo el control de los arqueólogos, para su correcta conservación. Esta documentación obrará en poder del museo arqueológico de Córdoba y del propio Ayuntamiento para que tengan constancia de los hallazgos encontrados y del trabajo realizado.
Otro sector del yacimiento se extiende a lo largo de una zona de desmonte de la nueva carretera. En este sitio aparecen un conjunto de enterramientos, asociados con casi toda probabilidad a un asentamiento hispanomusulmán. En este caso, serán excavados por Arqueoterra y estudiados por la arqueóloga y antropóloga Inmaculada López Flores.
Este tipo de enterramientos se caracteriza por su austeridad y ausencia total de ajuares. Se realizaban en una fosa simple excavada en el suelo, colocando al difunto en posición decúbito lateral derecho.
La concejala de Cultura, Magdalena Baena, ha insistido en el hecho de que “no existen ajuares ni nada de valor económico”, con objeto de que no se produzcan expoliaciones. Baena ha solicitado la colaboración de la ciudadanía para que los trabajos puedan desarrollarse de la mejor manera, dado que, si se transita por la zona afectada, “puede dañar algunos de los hallazgos”.
Igualmente, la edil municipal ha informado de que estos restos podrán dar “una información valiosísima” de la personas que allí vivieron. Baena ha añadido que estas excavaciones “no van a afectar al nuevo trazado de la carretera”. Del mismo modo, se prevé que tampoco influyan significativamente en el plazo de ejecución previsto.
