El rapero Chojin se suma a la lista de arrieros de honor de la asociación Adebo de Rute

El Chojin junto a Pascual Rovira en el camping

El Chojin junto a Pascual Rovira en el camping

Desde el pasado 20 de septiembre la nómina de arrieros de honor de la asociación Adebo cuenta con un nuevo miembro. En esta ocasión se trata del músico rapero conocido como Chojin, que se acercó hasta el Camping Municipal de Rute para bautizar un ruchito con el nombre de “Balake”, en honor a una tribu africana llamada Fang. Y es que el cantante tiene raíces en este continente, ya que su padre es de Guinea. Para Pascual Rovira, presidente de Adebo, el rap es “el lenguaje contemporáneo más popular y el fenómeno callejero por excelencia”, poetas “del pueblo y para el pueblo” en unos tiempos en que la música “es perecedera, de usar y tirar, ya que en pocos días una canción pasa a ser “la melodía de un móvil”. Sin embargo, las letras raperas permanecen e intentan plasmar la realidad social.

Chojin es un personaje que rompe con muchos de los tópicos y sambenitos que se le han colgado a la música rap, y en especial a las letras; a saber: escaso nivel cultural y formativo de sus intérpretes (y por extensión de quienes les escuchan), textos con un lenguaje poco literario o actitud provocadora rayando en lo zafio. Nacido en Madrid en 1977, a Chojin tan sólo le restan tres asignaturas para concluir la licenciatura de Ingeniería Aeronáutica. Junto a esta especialización en la rama de las ciencias, atesora una amplia formación en autores clásicos de nuestras letras. De hecho, uno de los aspectos que subraya en los talleres creativos que imparte es que para poder escribir “tienes que haber leído” y cita a poetas actuales como Félix Grande o Ángel García López como algunas de sus influencias más llamativas, por no hablar de Bécquer, “con quien todos acabamos disfrutando”.

Por eso, entiende que es “absolutamente mentira” que se repitan algunos prejuicios como que el rap es una música “para niños o gente medio tonta, porque en el rap puede haber gente medio tonta como en cualquier otro ámbito”. Con todo, cree que lo importante no es lo que se haya leído, sino la intención, y ahí es donde ve sentido a su visita a Rute, “porque se supone que el rap intenta arreglar las cosas que están mal”. En definitiva, lo que predica es “no te resignes”. En este sentido, se muestra convencido de que el hombre está haciendo “muy mal las cosas, cuando hay una lista de más de dieciséis mil animales en peligro de extinción”, entre ellos el burro. Por supuesto, reconoce el aspecto reivindicativo del rap, “porque permite que los jóvenes de los barrios hablen”, posibilidad con la que apenas cuentan en el plano institucional, “donde se aprende, que es muy positivo, pero también se enseña a obedecer”.

Deja un comentario