17/10/06 14:15
RADIORUTE.COM
El próximo curso académico va a ser muy especial para Antonio José Gómez Cruz. Este joven ruteño es el único cordobés que ha logrado traspasar la puerta de la fundación Antonio Gala, en cuyo centro va a residir en los meses siguientes. La promoción de este año, el quinto desde que la fundación echara a andar, está compuesta por 19 estudiantes, de los cuales seis son andaluces, otros cuatro latinoamericanos y otros 10 del resto de España. Así, en este tiempo el joven autor ruteño convivirá con otros cinco escritores en ciernes, catorce artistas plásticos de las más variadas tendencias y cinco músicos, que crearán sus obras de forma individual pero que también se irán influyendo unos a otros.
Su desembarco en la Fundación Antonio Gala ha obligado a Gómez, de 23 años, a aplazar el curso en el que tenía que acabar la licenciatura en Filología Hispánica. La literatura fantástica es su preferida, aunque no se ha resistido a cultivar otros géneros, como el policíaco. Durante todo el curso se centrará básicamente en dos proyectos: reescribir una novela y terminar otra, “las dos de fantasía heroica”, que, según ha reconocido, es el género que más le atrae y el que piensa desarrollar en la fundación. De hecho, en esta línea se sitúa la novela en la que trabaja actualmente, a la que ha puesto el título “El castigo de Throgos”. En cuanto a la que quiere reescribir, su título provisional es “El reino del norte”. Además, planea seguir realizando una serie de pequeños relatos de temática variada, pero su gran proyecto para este año es la convivencia y el enriquecimiento mutuo.
La fundación Antonio Gala engloba las tres citadas disciplinas, todas ellas, según ha explicado Gómez Cruz, con múltiples variantes. Así, las artes plásticas contemplan hasta el diseño por ordenador; dentro de la música hay cantautores, intérpretes clásicos o de música religiosa; y por supuesto el campo literario abarca la poesía, la narrativa y el teatro. Antes de ingresar en la fundación, este ruteño ya había impartido en la localidad varios talleres sobre creación literaria. Hace dos años, realizó un primer intento de ingreso, “pero sin proyecto de novela, por lo que no pasó la preselección”. Antes de acceder por fin, reconoce que no podía dedicar mucho tiempo a la labor creativa, “como mucho un par de horas al día”, pero ahora está centrado exclusivamente en ello, “ya que es uno de los objetivos de la fundación y los horarios están dispuestos para que cada uno se dedique a aquello que quiere desarrollar”.
